Código de Ética del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura del Distrito Federal

CIUDADANOS SERVIDORES PÚBLICOS DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA Y DEL CONSEJO DE LA JUDICATURA DEL DISTRITO FEDERAL.

En estos tiempos donde el problema de crisis de legitimidad de la autoridad, trasciende a las instituciones, resulta indispensable reconstruir y fortalecer su carácter. Para ello, uno de los caminos más idóneos es remitir el problema al campo de la ética, a fin de estar en posibilidades de plantear las exigencias que más allá del derecho podemos establecer y demandar de las personas encargadas de impartir justicia y preservar el orden social

La ética abarca todo el comportamiento humano, y por supuesto aquel que tiene que ver con las actividades y profesiones que el hombre realiza en su rol social; por ello es más que una deontología o catálogo de deberes, es un sistema integral que pretende establecer modelos de conducta vinculados con el deber social del ser humano.

El ámbito judicial no escapa al campo de la ética profesional, por ello debe garantizarse que la función jurisdiccional se desarrolle en forma independiente en el contexto de un Estado Social y Democrático de Derecho como el nuestro. Una forma de hacerlo es a través de la expedición de un Código aplicable a todos los servidores públicos que conforman el Órgano Judicial.

Este Código debe hacer explícitos los principios rectores, los valores y las obligaciones que deben regir en la administración e impartición de justicia, a fin de que el ejercicio del servicio público se constituya en un ámbito de legitimidad, autenticidad y honorabilidad en beneficio de la sociedad, sin perjuicio de las normas jurídicas plasmadas en las leyes que regulan su funcionamiento. Así llegamos a privilegiar la idea de un orden normativo, que bajo este tenor, establezca explícitamente, en forma clara y sistemática, los inmutables principios morales, deberes y obligaciones que guíen el buen desempeño del servicio encomendado.

Por todo ello, hace algunos meses se iniciaron los trabajos para la elaboración de un primer proyecto de Código de Ética para Magistrados y Jueces del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, mismo que se hizo extensivo a todos los servidores públicos que lo integran, así como a Consejeros y demás servidores públicos del Consejo de la Judicatura del Distrito Federal; mediante el acuerdo 6-24/2004, este Órgano Colegiado ordenó los trabajos formales para la concreción de dicho Código, haciéndolo llegar en su momento al Pleno de Magistrados del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, cuyos integrantes fortalecieron sustantivamente el proyecto emprendido. De esta manera, el Pleno del Consejo de la Judicatura del Distrito Federal, en sesión ordinaria de fecha diez de noviembre de dos mil cuatro, mediante el Acuerdo 24-53/2004, con orgullo y satisfacción aprobó y expidió por primera ocasión en la historia de esta Casa de Justicia capitalina un Código de Ética, que es resultado de un sistema caracterizado por la experiencia, el pluralismo y el consenso.

Este documento, que se caracteriza por su origen diversificado y la aquiescencia alcanzada, tiene la precaución de no juridizar a la ética a través de la estructura propia de las normas y la definición de principios, evitando reiterar deberes, prohibiciones y exigencias que ya están contempladas en el sistema normativo. Es conveniente hacer mención que si bien es verdad, por su propia naturaleza, un Código de Ética carece de coercibilidad quedando su cumplimiento al albedrío y a la sensibilidad moral de cada miembro de este Órgano Judicial, la aceptación plena de sus diversos preceptos por parte de todos los funcionarios y empleados del Tribunal Superior de Justicia, lo hace un cuerpo normativo con una vigencia efectiva y real.

La expedición de este nuevo Código que tenemos hoy el honor de presentar, lejos de reflejar un anhelo egoísta e interesado en el prestigio de la Institución, sólo pretende ennaltecer su responsabilidad y alcanzar la confianza del conglomerado social que le corresponde en el actual Estado Democrático, dándole así un sentido a la responsabilidad, honestidad y transparencia en su actuar, alertando y publicitando los comportamientos no permitidos en el ejercicio de la función judicial.

Es cierto que todos los órganos de gobierno necesitan de la estimación y del reconocimiento social, pero la Justicia lo requiere de modo especial; su legitimidad se funda y justifica por el propio ejercicio de la Jurisdicción, con el carácter de guardián de los derechos y garantías que la Constitución y demás Leyes le asignan y con la valoración que en última instancia otorgue la sociedad a nuestro actuar.

Así se justifica la conveniencia de haber emitido un Código de Ética aplicable a la totalidad de los servidores públicos que integran al Tribunal Superior de Justicia, definiendo un campo de exigencias específicas vinculadas al buen servidor público, que requiere la sociedad a la que se presta el servicio de impartir justicia, esto es de Jurisdicción.

De ese modo, se complementa el régimen de responsabilidades que pesa sobre los que ejercen la función judicial del Distrito Federal, indicándoles aquellas conductas que resultan prohibidas, obligadas o recomendadas desde la perspectiva propia de la “ética profesional judicial”.

Sin duda, la realidad de nuestros tiempos reclama un significativo interés por la ética, demostrándose así que el estricto derecho no resulta suficiente para lograr configurar el “bien común” que enseñaba Aristóteles.

El haber adoptado un Código de Ética, es una forma de afrontar los esfuerzos y desafíos de la realidad social; implica sellar el compromiso que se tiene con los integrantes del Órgano Judicial del Distrito Federal y fundamentalmente con la sociedad capitalina; conlleva además la confirmación de que Magistrados, Consejeros, Jueces y todos los servidores públicos del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura del Distrito Federal, asumen con su encargo una misión que los convoca, no sólo como servidores públicos sino integralmente como ciudadanos y personas de bien.

Es indiscutible que el Código de Ética refuerza y legitima el carácter de autoridad y afianza la seguridad y certeza jurídica hoy tan demandada por la sociedad, dejando en claro para todos los servidores públicos del Órgano Judicial de esta Ciudad, cuáles son las pautas de conducta a las que deben sujetarse; el compromiso y la voluntad común que nos acerca y fortalece a través de este documento; es una invitación adicional a todos los que integramos esta Institución de Justicia a perfeccionar nuestro actuar y lograr así el reconocimiento social.

MAG. JOSÉ GUADALUPE CARRERA DOMÍNGUEZ PRESIDENTE DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA Y DEL CONSEJO DE LA JUDICATURA DEL DISTRITO FEDERAL

Febrero 2005.

CONSIDERANDO

Que de conformidad con nuestra Carta Magna, compete al Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, el desempeño de la función judicial local y al Consejo de la Judicatura del Distrito Federal, administrar su presupuesto, vigilar el cumplimiento de las normas y disciplinar...

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