Coalición Todos por México (PRI-PVEM-NA)

AutorPedro José Peñaloza
Páginas9-14

En la plataforma de dicha coalición se incluye un denominado eje 2 titulado: Seguridad Pública eficaz y justicia eficiente para todos. El tema que nos ocupa está contenido de la página 18 a la 27.

La explicación que se presenta para analizar el fenómeno de la seguridad se atribuye a, saber: “la situación de seguridad en nuestro país se ha visto afectada de forma profunda por cambios en la dinámica del crimen organizado internacional”.1

Es decir, para dicho agrupamiento político el disparo de la criminalidad se ubica de manera exógena, lo cual implica hacer abstracción de los detonantes internos que han favorecido la consolidación y expansión del narcotráfico.

Incluso, más adelante se dice que: “el fortalecimiento del crimen organizado le ha permitido su expansión por el territorio nacional y el surgimiento de nuevas actividades delictivas, como el robo de combustible, así como una mayor incidencia de crímenes de alto impacto, como el secuestro y la extorsión. La violencia resultante ha lastimado profundamente el clima de convivencia en el país y la tranquilidad de las familias mexicanas”.2

De nueva cuenta, haciendo un lado la dosis de demagogia con la que termina el párrafo, puesto que hablar de “convivencia” y “tranquilidad” sin ponerle fecha y contexto a semejantes palabras suenan huecas y atemporales, el reduccionismo en el análisis sigue presente, puesto que nos ofrece un panorama en el cual el factor interno y sus expresiones multidimensionales están ausentes y México aparece como una víctima del mundo exterior, haciendo abstracción de las dinámicas locales que están insertas en los procesos de la criminalidad organizada.

La coalición plantea dos logros en la gestión del gobierno peñista: la coordinación entre dependencias y la detención de jefes de algunos grupos de la delincuencia organizada, y lo pergeña de la siguiente manera: “en el combate frontal a la delincuencia que los mexicanos hemos dado en años recientes se ha mejorado la coordinación entre dependencias y órdenes de gobierno, al mismo tiempo que se ha fortalecido la infraestructura para recopilar y procesar inteligencia”; y continúa su triunfalismo, “esta coordinación e inteligencia renovadas permitieron neutralizar a 107 de los 122 objetivos prioritarios de la delincuencia organizada, en su mayoría sin un solo disparo”.3

Los trofeos que ostenta la coalición son bastante discutibles, ya que dicha coordinación, además de ser una obligación inherente al Estado, no ha impedido que los índices de violencia, especialmente los homicidios dolosos se hayan disparado de manera exorbitante, con cifras similares, si no es que rebasando tendencialmente el número de muertes del sexenio calderonista (2006-2012). De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), Calderón sumó durante su mandato un total de 120 mil 935 homicidios dolosos. Por su parte, Peña Nieto acumula 114 mil 61 asesinatos en lo que va de su administración hasta octubre pasado. Hasta ahora, el año más letal para México había sido 2011, donde se desarrolló una batalla abierta contra los capos de la droga, una época donde los cadáveres llenaban las primeras planas de los periódicos nacionales.4

Recordemos que los primeros datos públicos que hay en la página del Secretariado Ejecutivo sobre homicidios son de 1997. En ese año se contabilizaron 16 mil 866, unos 46 al día. Aquella cifra subió sin piedad hasta llegar a los 61 asesinatos al día en 2011. Muchos creían entonces...

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