Sin claridad, el rumbo del Conacyt: científicos

Leonardo Domínguez

CIUDAD DE MÉXICO, marzo 17 (EL UNIVERSAL).- La luna de miel entre la comunidad científica y la cuarta transformación culminó pronto. En los primeros 100 días de María Elena Álvarez-Buylla al frente del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) han surgido más incertidumbres que proezas. Los académicos han manifestado su preocupación ante un par de iniciativas que se gestaron al interior del nuevo gobierno y que definirán el quehacer científico del país.

El primer golpe a la comunidad fue en diciembre, con el Presupuesto de Egresos 2019, que presentó un recorte de 6.5% en el Programa Nacional de Ciencia Tecnología e Innovación, al que se le destinaron 91 mil millones de pesos, además de una disminución de 12.6% al Conacyt, monto mucho menor (24 mil millones) al asignado a todo el sexenio de Enrique Peña Nieto. A partir de aquí las alarmas se encendieron.

"El Conacyt, a diferencia de otros sectores del gobierno, tiene una debilidad intrínseca: no es una secretaría de Estado, pero si además lo debilitamos económicamente, le damos un raquítico presupuesto, le estamos negando la oportunidad de conducir el desarrollo científico de México. Fue una mala señal que el nuevo gobierno haya propuesto esta disminución, pero también llama la atención que la directora del sector (Álvarez-Buylla) no se manifestó en contra", opina el doctor Juan Pedro Laclette, primer mexicano que codirigirió la Red Interamericana de Academia de Ciencias.

"Preocupa que la doctora María Elena no esté luchando por un aumento en el subsidio a la ciencia, la ciencia necesita recursos. Entiendo que de golpe no se puede dar 1% del PIB, pero sí debemos aspirar a un crecimiento gradual", señala la astrónoma Julieta Fierro.

Con la disminución de recursos comenzó la crisis. Directores de 25 Centros Públicos de Investigación del Conacyt afirman que recibieron llamadas telefónicas en las que se les solicitó reducir su presupuesto en entre 3% y 5%, lo que pondría en riesgo su operación y la viabilidad de varios proyectos.

"En el Instituto Nacional de Ecología (Inecol) estamos en una situación donde cosas tan elementales como el pago del suministro eléctrico está en peligro. Tener al Instituto en estas condiciones es poner en riesgo sus actividades. Tenemos equipo muy sofisticado que requiere mantenimiento, pero si tenemos una situación tan crítica, cómo le vamos a hacer", expresa el investigador Juan Martínez, especialista en especies endémicas del INECOL.

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