Cinexcepción/ Con el cine también se piensa

AutorHugo Hernández

En la más reciente edición de la Muestra Internacional de Cine, pudimos ver Palabra y Utopía (Parole et Utopie, 2000), el más reciente largometraje del veteranísimo realizador portugués Manoel de Oliveira. La cinta, sin ser lo más logrado del cineasta, no sólo es una excelente culminación de las búsquedas y constantes del lusitano, sino que pone en escena una cuestión inherente a la conformación misma del cine como arte: la palabra.

A lo largo de su carrera Oliveira se ha alimentado de manera privilegiada y frecuente de fuentes que existen precisamente a través de la palabra, es decir, de la literatura, de la vida misma. No sólo porque no pocos de los numerosos títulos que conforman su filmografía se inspiran en obras literarias, sino porque se puede afirmar que su estilo tiende un constante puente hacia el mundo de las letras: tanto en su construcción formal, como en la abundante presencia de diálogos y voces en off, el cineasta hace patente su voluntad de andar las rutas cinematográficas acompañado de la palabra.

En Palabra y Utopía asistimos a las vicisitudes de la existencia de Antonio Vieira, el jesuita que llevó en la colonización portuguesa del Brasil un rol similar al de Bartolomé de las Casas en la colonización de México. Pero lejos de concebir una ficción que recreara los pasajes más representativos de la vida de su personaje, Oliveira no tiene ningún empacho en recurrir directamente a las obras del sacerdote y habitar su cinta con una extensa cantidad de lecturas de cartas, sermones y diálogos que en conjunto dan fe más del pensamiento de Vieira que de su biografía. Empresa arriesgada si se toma en cuenta que la cinta dura poco más de dos horas y la mayor parte del tiempo de proyección el espectador es testigo del flujo de ideas más que del imperio de la acción. Sin embargo el realizador apuesta firmemente a la palabra, porque definitivamente con el cine también se piensa.

Si bien es cierto que el cine no es el depositario por excelencia de las obras del pensamiento, tampoco es...

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