Empresa/ En chino

AutorAlberto Barranco Chavarría

La explicación del Banco de México frente a la evidente contradicción entre un nivel creciente de consumo interno en los primeros seis meses del año y una dramática contracción en la actividad productiva -comercio, pues, en auge e industria en recesión-, era que el gasto apuntaba a productos importados, es decir las ganadoras, en tal caso, eran las empresas exportadoras del exterior.

Y aunque el flujo de productos con la etiqueta Made in China apenas representa el 1.5 por ciento del global de comercio exterior del país, su presencia, en uso de todas las prácticas desleales conocidas y por conocer, se plantea como la peor de las pesadillas en materia de competencia.

De hecho, como usted sabe, las mercaderías procedentes del país de la gran muralla se llevan con mucho la marca en materia de sanciones compensatorias, es decir aranceles o impuestos de importación extraordinarios... sin alcanzar aun así el equilibrio.

El abanico abarca desde textiles hasta afilalápices, pasando por bicicletas, calzado, candados, cerraduras, herramientas y juguetes, con un horizonte impositivo que oscila entre 16 por ciento para productos primarios como la fluorita, hasta 533 por ciento sobre el precio ad valorem para confecciones textiles, concretamente prendas de punto, y de 501 para filamentos sintéticos artificiales y filamentos sintéticos discontinuos, para llegar a un inaudito mil 105 en calzado.

Más allá, en los últimos ocho años la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial impuso cuotas compensatorias de 451 por ciento sobre el costo de origen a los lápices; de 351 a juegos para recreo y deporte; de 312 para herramientas; de 279 para llantas; de 209 para químicos orgánicos; de 145 para afilalápices; de 144 para bicicletas... Y si no le seguimos es por falta de espacio.

El caso es que mientras la nación del extremo oriente nos envía una catarata cuantificable -existen infinidad de casos en que la factura se falsifica para plantearse los productos como Made in USA, cuando no ingresan de plano vía contrabando-, por 2 mil 880 millones de dólares, el país le vendió a su vez... ¡201 millones!.

El desequilibrio en la balanza comercial, pues, alcanzó el año pasado un monto de 2 mil 676 millones de billetes verdes, equivalentes a tres meses con respecto a los Estados Unidos.

Ahora que la factura se planteó por escasos tres rubros: calderas y artículos mecánicos, aparatos eléctricos y alimentos... con la novedad de que el primero de ellos alcanzó un global de 157...

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