Hasta las “chanclas”, mortales atracones de alcohol

Abigail Gómez

MÉXICO, D.F., diciembre 19 (EL UNIVERSAL).- “Sin alcohol no hay diversión”, ésta parece ser la máxima que rige las fiestas de los jóvenes en México.“Beber hasta embrutecer” es el fin último de muchas juergas.

Fernando tenía 19 años cuando decidió celebrar toda una noche haber sido el único de su salón en conseguir el pase a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Brincó de fiesta en fiesta y cuando eran casi las tres de la madrugada el joven hizo parada en un bar en el sur de la ciudad de México para saludar a unos amigos. Venía de otra reunión en donde había bebido lo suficiente para que su cuerpo se tambaleara.“Sólo vengo a despedirme”, dijo a sus compañeros. Ellos intentaron persuadirlo de no conducir, dado su estado de ebriedad.

“¡No pasa nada!”, contestó Fernando, eufórico ante la advertencia, y la fiesta acabó minutos después cuando estrelló su automóvil en un poste a pocos metros del bar. Su cabeza se estampó contra el parabrisas por no llevar el cinturón de seguridad y murió al instante. En el camino privó de la vida a dos jóvenes que se atravesaron en la trayectoria del vehículo.

Aunque México ocupa el décimo lugar entre los países con mayor consumo de “alcohol puro” en América Latina, con 7.2 litros per cápita al año, se coloca en el cuarto sitio en la tasa de mortalidad por accidentes relacionados con estas bebidas, de acuerdo con un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) de 2014, sólo por debajo de El Salvador, Guatemala y Nicaragua. Es decir, a pesar de que el consumo por persona es menor al que se registra en otros países de la región, las bebidas embriagantes ocasionan un elevado número de muertes.

Especialistas explican que este fenómeno se debe a que en nuestro país es común lo que se denomina Consumo Episódico Excesivo de Alcohol (CEEA), que consiste en la acción de consumir grandes dosis de bebidas alcohólicas en un corto lapso, una especie de “atracones”.

Cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2014 señalan que en México esta forma de beber afecta a entre 20% y 29% de la población, unos 28 millones de personas, y además es un fenómeno que se presenta principalmente en jóvenes de entre 18 y 25 años, según información del Consejo Nacional contra las Adicciones (Conadic).

Más de cinco copas tomadas una tras otra, que equivalen a 60 gramos de “alcohol puro”, en un periodo menor a 24 horas, se consideran un CEEA.

Cuando esa cantidad de alcohol entra en el cuerpode un...

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