Y el Cereso se convierte en "paraíso"

AutorPatricia Mayorga

CHIHUAHUA, CHIH.- Un centenar y medio de internos del Centro de Reinserción Social (Ce-reso) número 3, de Ciudad Juárez, son los encargados de reparar y acondicionar el área de esa cárcel que visitará el Papa Francisco el próximo 17 de febrero. Entrevistarlos es prácticamente imposible, pues las autoridades penitenciarias sólo permiten a la reportera hablar con uno o dos de ellos, los seleccionados, los que se refieren al penal como si fuera un paraíso.

El fiscal especializado en Ejecución de Penas y Medidas Cautelares, Jorge Salomé Bissuet Galarza, explica que, por seguridad, no se puede hablar con ningún reo de alta peligrosidad ni con jefes de grupos delictivos; e insiste en que el penal está controlado y ya no hay autogobiernos. "Por cuestiones de seguridad no damos esos perfiles; además, generalmente no aceptan", explica Alejandrina Saucedo Hernández, portavoz del centro penitenciario.

En el patio donde estará el pontífice, los reos, con sus uniformes grises, preparan la mezcla, colocan estructuras metálicas o aplanan las banquetas recién construidas.

Saucedo explica que los reos que realizan los trabajos de remodelación son parte de la plantilla de mantenimiento; las horas que laboran se les cuentan como beneficio preliberacional; otros se sumaron voluntariamente.

El Cereso 3 de Ciudad Juárez tiene una población de 3 mil seis reos y su capacidad es de 3 mil 149. El área femenil tiene capacidad para 300 mujeres y ahora alberga 228.

Uno de los reos que tuvieron permiso de hablar es Joel. Originario de Veracruz, ha estado 15 años preso, acusado de homicidio. "Estamos alegres, motivados para trabajar. Estamos desde las cinco de la mañana a las nueve de la noche, mientras la seguridad nos permite hacerlo. Sentimos orgullo y alegría porque esperamos la visita del Sumo Pontífice. Esperamos recibirlo bien, todos estamos poniendo un granito de arena", dice.

Como entrenado para dar entrevistas, pregunta si quiero que hable de la transformación del penal: "Ha sufrido muchos cambios, tenemos diferentes reglas y reglamentos. Hoy se encuentra un penal tranquilo, hay armonía, hay manualidades, se imparten diferentes cursos para reincorporarnos.

No cuesta caro vivir aquí, nos dan el mantenimiento diario. No nos cobran nada, podemos jugar conforme al horario. Por fuera se dicen cosas pero no hay descontrol. Somos 150 internos (trabajando para la visita papal) y no se escucha que cobren cuotas. No hay miedo; antes tampoco, porque si se descontrola, lo...

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