El caso Gibrán, otro escándalo del gobierno veracruzano

AutorNoe Zavaleta

XALAPA, VER.- Las extrañas circunstancias en las que fue asesinado Gibrán David Martiz Díaz -concursante del programa de La voz México-y las inconsistencias y vacíos en las explicaciones ofrecidas por la Secretaría de Seguridad Pública estatal (SSP) y la Procuraduría General de Justicia del Estado volvieron a exhibir la suciedad imperante en el sistema policiaco veracruzano.

Además del caso de Martiz hay denuncias de familiares de policías municipales, agentes estatales y parientes de exservidores públicos del gobierno del priista Javier Duarte que afirman que integrantes de la SSP y sus cuerpos de élite y reacción inmediata levantan, torturan y desaparecen gente.

Pese a las acusaciones, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, presumió el pasado martes 14 "el gran trabajo" que hace la Policía Estatal.

Martiz de 22 años, tenía las nacionalidades mexicana y panameña. De agosto a noviembre de 2013 participó en el progra-made Televisa La voz México. En ese lapso Martiz vivió en el hotel Royal del Pedregal, junto con sus entrenadores y decenas de jóvenes de toda la República, cuenta Efraín Martiz, padre del joven cantante.

El lunes 6 el muchacho se mudó a un departamento en Xalapacon unos amigos; su familia se quedó en Veracruz: "Papá, tengo un proyecto nuevo de solista, voy a grabar el disco Caminando a la Luna, ya tenemos un sencillo: 'Playboy'", presumió entonces.

Un día después, el martes 7, el padre de Gibrán se enteró de que tres patrullas de la SSP habían sacado a su vastago de su domicilio, por la fuerza, sin una orden de arresto y esposado. También secuestraron a otro joven, amigo de su hijo. En los siguientes días Efraín buscó a Gibrán en el cuartel de San José, en los ministerios públicos y en la SSP. En todos lados le aseguraron no saber nada, pese a que hay ocho testigos y fotografías de que la patrulla 201778 se lo llevó.

El sábado 11 le hablaron del gobierno estatal para que acudiera a reconocer un cuerpo. Era Gibrán. Horas más tarde se lo entregaron envuelto en una sábana blanca y sólo con la trusa puesta. Martiz asegura que su hijo estaba muy golpeado y con el tiro de gracia. Insiste en que la policía de Veracruz cometió "un error muy grande" y al darse cuenta quiso hacer pasar a su hijo como delincuente. Los agentes "quisieron ser jueces y verdugos".

Un día después comenzaron a circular fotografías -de forma anónima- en las que el cantante juvenil posaba con armas de alto calibre.

Las imágenes fueron filtradas...

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