Una carrera contra el reloj

AutorRicardo Moya

El tiempo de respuesta puede ser el mejor aliado o el peor enemigo de los paramédicos cuando tratan de salvarle la vida a una persona.

Las circunstancias de una emergencia pueden variar, pues van desde un accidente automovilístico o un incendio, a un ataque con arma blanca y hasta la complicación de las condiciones de un enfermo.

Los policías preventivos son el eslabón del que dependen las ambulancias para recibir un llamado, y según el protocolo deben atender la emergencia en un máximo de 10 minutos.

Sin importar cuál sea el motivo, el camino al hospital siempre es igual: el sonido de la sirena anuncia que la ambulancia viene a toda velocidad.

La mayoría de los autos ceden el paso y, aunque el semáforo está en rojo, después de un casi imperceptible alto, el operador cruza la calle.

Una vez en el hospital, los paramédicos saltan de la ambulancia, abren la puerta trasera...

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