Carmen Aristegui F. / La realidad alternativa de Peña

AutorCarmen Aristegui F.

El Gobierno federal debería tomar más en serio el cruce de amenazas cumplidas y mensajes criminales que en las últimas semanas se han presentado en el Estado de Chihuahua.

Después del asesinato de Miroslava Breach, corresponsal de La Jornada, en cuya escena del crimen fue puesto en una cartulina un siniestro mensaje, apareció una manta con una nueva amenaza contra el Gobernador y los periodistas.

El mensaje apareció ayer en un puente peatonal en la capital del Estado. El Diario de Chihuahua dio cuenta de su contenido: "Esto es para que estés enterado 'Corral si me sigues mandando a tus achichincles los voy a matar a todos, querías guerra, pues ya la tienes', estoy agarrado de alguien más poderoso. Y también a esos hocicones periodistas no se metan en lo que no les importa y en una guerra que no van a ganar por que los voy a matar a todos, a la verga. Atentamente, El 80".

En la cartulina del crimen de Miroslava Breach se leía: "Por lengua larga. Siguen llegados al Gobernador y el gober". Ambos mensajes se atribuían a "El 80", apodo con el que se conoce a Arturo Quintana.

Desconfía de lo obvio, diría un clásico.

Pudiera ser que Quintana, líder de uno de los cárteles que opera en la zona, no sea en realidad el autor de las amenazas al Gobernador y el atentado contra Miroslava. Podría ser que los adversarios de Quintana hayan realizado esas acciones para adjudicar a ese capo la responsabilidad de lo sucedido.

También es posible que Quintana sea el autor y esté actuando de manera frontal contra periodistas y el nuevo Gobernador.

No hay aquí muchas sopas de dónde escoger. Lo que hay son amenazas que se cumplen, como en el caso de Miroslava. Lo que hay es un claro sentido de urgencia para enfrentar al crimen y las amenazas. Y lo que hay también es un Gobierno federal que parece mirar hacia otro lado.

Mientras que Chihuahua, Veracruz y Guerrero se sacudían con los asesinatos de periodistas y otros crímenes y delitos, el Presidente Peña estaba ocupado en organizar un convivio.

Enrique Peña Nieto ordenó al Secretario de la Defensa Nacional reunir, bajo un imponente techo, a miles de militares, marinos e integrantes de la Fuerza Aérea para someterlos a un inusual -inédito, diría él- discurso transmitido, simultáneamente, en todas las zonas militares del País.

Además de reconocer el papel del Ejército y la Marina, arremetió también contra quienes han señalado la actuación de militares.

"Soy el primero en condenar aquellas...

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