Carlos Pascual / Estados Unidos y México: el futuro de la relación

AutorCarlos Pascual

Estados Unidos y México se encuentran en un punto de inflexión que podría determinar el futuro de su integración económica y la competitividad de América del Norte. Su destino conjunto, y millones de puestos de trabajo para producir automóviles, camiones, equipos industriales, productos electrónicos, productos agrícolas y más, dependen de las decisiones que ambos países tomen sobre el cambio climático y la energía. Este desafío transformacional debería sustentar el primer Diálogo Económico de Alto Nivel que las administraciones de Biden y López Obrador sostendrán el 9 de septiembre. Sin embargo, no está en la agenda.

Detrás de este punto de inflexión para Estados Unidos y México hay un movimiento global para lograr emisiones netas cero de gases de efecto invernadero para mediados de siglo. Hoy en día, los países que representan el 80 por ciento del PIB mundial y el 75 por ciento de las emisiones globales se han comprometido a emisiones netas cero, al igual que aproximadamente el 20 por ciento de las empresas más grandes del mundo. En agosto, el Panel Intergubernamental de Cambio Climático, el organismo que lidera la investigación de la ciencia climática para las Naciones Unidas, advirtió que las temperaturas globales probablemente superarán los límites establecidos en el Acuerdo de París. La presión está aumentando para acelerar las leyes, políticas y regulaciones para forzar la acción sobre las aspiraciones climáticas.

Los mercados financieros y la industria no están esperando a que los gobiernos actúen. Grandes empresas financieras como Goldman Sachs, Black Rock, Citi, JP Morgan, HSBC, Santander, Bank of America, Morgan Stanley, Wells Fargo y otros se han comprometido con carteras de emisiones netas cero para 2050. En la industria del petróleo y el gas, empresas como Shell, Total, BP, Equinor y Repsol se han comprometido a emisiones netas cero. También lo han hecho empresas tan amplias como Cemex, Ford, American Airlines, Rolls Royce, Vodafone y Burberry. El mensaje es claro: las industrias del mundo deben mostrar un camino para reducir las emisiones para atraer inversiones, reducir su costo de capital y, en algunos casos, incluso al momento de vender sus productos.

Ningún país se ha movido de manera más audaz en términos de la transición energética que China. Desde 2014, China ha invertido entre $80 y $140 mil millones de dólares al año en energía renovable, aproximadamente 50-100 por ciento más que los Estados Unidos...

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