Capítulo III. La Real Audiencia de Nueva Galicia
| Autor | María Guadalupe Márquez Algara |
| Cargo del Autor | Universidad Autónoma de Aguascalientes |
| Páginas | 177-265 |
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Fundación de la audiencia
Es import ante recordar el contexto en el cual se autoriza la fund ación de la
Audiencia de Nueva Galicia, en donde el Gobierno Imperial Espa ñol dele-
gaba en las autoridades de la Colonia sólo las facu ltades indispensables para
su cabal desempeño, bus cando siempre que las decisiones impor tantes fue-
ran revisad as por las autoridades en la Ciudad de México, de ah í su carácter
de audiencia subordinad a como hemos señalado en el capítulo anterior.
La Audiencia de Guad alajara ejerció jurisdicción des de el siglo so-
bre los reinos de Nueva Galicia y Nueva Vizcay a, y más ta rde sobre Nuevo
México y las Californias , controlando l as provincias de Nayar it y Sina loa,
pero es hasta el siglo cuando se anex an a su competencia los pueblos
de Ávalos, Amu la, Autlán, Etzat lán y Zapotlán. El territorio que ocupaba la
Audiencia de Guad alajara se calcu laba en 1´638,980 kilómetros cu adrados,
con menos de tres millones y medio de habitantes.222
Para el caso de Nueva Galicia resulta necesario el anál isis de los primeros
años de funciona miento de esta Aud iencia 1548 -1572, para entender a la
que habr ía de resu ltar en denitiva, con las c aracterísticas que habría n de
mantenerse casi in mutables durante toda la etapa colonial.
El origen de la audiencia se remonta a la visita que en 1543 realizara Fran-
cisco Tello de Sandoval, en calidad de juez visitador encargado de hacer cum-
plir las Leyes Nuevas en la Nueva España; éste a su vez designó al oidor de la
Audiencia de Méx ico, L orenzo de Tejada, para hacer una visita al norte del
virreintato.
Como resultado del informe rendido, se sugirió la c reación de otra Au-
diencia y un nuevo Obispado, propuesta que fue aceptada por el rey expidién-
dose la Real Cédula rmada en Alcalá el 13 de enero de 1548 por su majestad
el rey Carlos I.
Ante las dudas del Consejo de Indias , sobre el éxito del proyecto, se crea
una audienci a subordinada, otorgá ndose a los funciona rios que habría n de
222 Pérez Verdia, op. cit., p. 105.
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