'El Caníbal de Atizapán': regalaba carne enchilada a sus vecinos

CIUDAD DE MÉXICO, junio 30 (EL UNIVERSAL).- La serie documental "Caníbal, indignación total" llega a su tercer episodio relatando el desenlace que tenía parte de los cuerpos de las víctimas de Andrés Filomeno Mendoza Celis.

En el capítulo titulado "El Caníbal", Jonathan J. González, capitán de Bomberos de Atizapán, relata los hallazgos en la casa de la colonia Lomas de San Miguel, en Atizapán, Estado de México, que sirvió al feminicida para ejecutar los asesinatos y para esconder los restos de sus víctimas.

Aunque no todos los restos de las mujeres asesinadas por este sujeto se quedaban en el lugar donde fueron privadas de la vida, pues Mendoza Celis se valía de sus conocimientos de carnicero, oficio al que se dedicó gran parte de su vida, para llevar más allá sus actos psicópatas.

Un plato con un corte de carne y una tortilla dejaron ver que Andrés Filemón consumía la carne de las mujeres a quienes les quitaba la vida, así lo relató el capitán de bomberos, al acudir a la escena del crimen y constatar que en el lugar se encontraban reservados "cortes perfectos de carne", además de herramientas de cocina, libros de anatomía, películas de asesinatos, cuchillos con manchas hemáticas, carne cocida, pedazos de piel colgados en un tendero y sangre.

En una libreta azul escribía día, mes y año de cada feminicidio que realizaba, anotaba direcciones y el peso de cada parte del cuerpo de sus víctimas. Calculan que en esa libreta había entre 30 o 40 datos de mujeres.

Un sótano convertido en carnicería. Al llegar a una parte de la casa se descubrió que el caníbal de Atizapán tenía un sótano, al cual se llegaba a través de una escalera de madera sobrepuesta. Una mesa llena de sangre, cuchillos de diversas dimensiones, un mandil, un bozal estilo "Hannibal Lecter", una cámara de grabación, entre otros utensilios fueron hallados en el lugar impregnado por un aroma penetrante, como lo describen las autoridades.

En el lugar también fueron halladas libretas con datos estructurados sobre el peso de cada una de las partes del cuerpo de las víctimas, método llevado a cabo en el oficio de la carnicería para saber cuál es el precio que darán en el mercado.

"Había en específico una hoja donde él ponía los pechos pesaron 2 kilos, la pierna pesó 4 kilos [...] eran muchísimas hojas que él escribía, como unas 20 hojas llenas por ambos lados", relató Jonathan González.

Repartía la carne entre sus vecinos. Andrés Filemón era conocido entre la comunidad por ser un hombre...

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