Cambios en los mecanismos de representación de los actores empresariales en México. ¿Más dispersión o más concentración de poder?

AutorAlejandra Salas-Porras
Páginas83-110
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CAMBIOS EN LOS MECANISMOS DE REPRESENTACIÓN
DE LOS ACTORES EMPRESARIALES EN MÉXICO.
¿MÁS DISPERSIÓN O MÁS CONCENTRACIÓN DE PODER?
Alejandra Salas-Porras*
La alternancia política y la división de poderes en México han modifica-
do las formas y mecanismos de representación de los intereses empresa-
riales. En este capítulo se exploran dos cambios fundamentales en la lucha
por mantener o reforzar la representación empresarial en los principales
espacios de poder: por un lado, una participación más intensa y abierta
en las campañas electorales y, por otro, el cabildeo parlamentario.1 A lo
largo del sistema de partido único, los empresarios influyeron en la selec-
ción de los candidatos a través de consultas más o menos veladas para
promover a aquellos aspirantes identificados con sus intereses particula-
res. El centro de su atención se dirigía casi exclusivamente a los altos
puestos en el Poder Ejecutivo –en todos los niveles de la participación
electoral. Sin embargo, hoy día organizan foros abiertos para escuchar
las propuestas de campaña de los candidatos de los principales partidos
políticos, financian sus campañas e intervienen más o menos abierta-
mente en la propaganda y en el debate para influir en las preferencias
de los electores y, por esta vía, en la decisión de quién gobierna. Por otra
parte, y dada la mayor relevancia que adquiere el Poder Legislativo, se de-
sarrolla con gran celeridad el cabildeo parlamentario como una nueva
modalidad de acción política que se propone influir en los asuntos y la
agenda de los legisladores, particularmente en lo que toca a las reformas
fiscal, electoral, laboral, eléctrica, de los medios, entre las que más despier-
tan su interés. Se multiplican, en tal virtud, los despachos especializados
y los cabilderos profesionales que se ocupan de la negociación con los
1El cabildeo es una actividad profesional de promoción de intereses, más o menos sistemática,
para influir en las decisiones de los principales poderes (en particular, el Legislativo y el Ejecutivo).
*Profesora de tiempo completo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
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partidos, las bancadas de los principales partidos y las comisiones más
influyentes en las cámaras, así como los diputados o senadores en lo indi-
vidual. De esta forma, los grandes gr upos económicos, las cámaras y
asociaciones empresariales recurren a estos especialistas o –cuando así lo
amerita el caso– crean sus propias oficinas para mantener un contacto
directo y continuo con las comisiones permanentes del Congreso de la
Unión, con lo cual influyen también en el cómo se gobierna. En resu-
men, nos preguntamos cómo actúan hoy día los empresarios para influir
en la democracia electoral y gubernamental y cuáles son las consecuen-
cias de su acción. Esto es, por un lado, cómo influyen en la orientación de
los votos para decidir quién gobierna y, por el otro, en la definición de las
leyes y políticas públicas a través de las cuales se decide cómo se gobier-
na. A la luz de los cambios observados, se reflexiona sobre la medida en
que la presencia cada vez más intensa, multifacética, organizada –y a
veces inclusive, agresiva e ilegal– de los empresarios en estos dos ámbitos
de la lucha política –el electoral y el parlamentario– constituye una con-
dicionante de la vida y cultura democrática del país. En otras palabras,
hasta dónde el financiamiento y el cabildeo empresarial contribuyen a
dispersar el poder y hasta dónde a traslapar y concentrarlo.
Estas dos formas de acción política han sido abordadas especialmen-
te desde el enfoque pluralista, el cual presupone que el poder tiende a
dispersarse y a cambiar según el asunto y la posición social. Dahl –uno
de los más destacados exponentes de este enfoque– considera que una
sociedad pluralista cuenta con un número extenso de grupos y organi-
zaciones relativamente autónomos y tiende a dispersar “[…] el poder, la
influencia, la autoridad y el control fuera de cualquier centro único y
hacia una variedad de individuos, grupos, asociaciones, y organizacio-
nes”. Además, continúa, “[…] promueve actitudes y creencias favorables
a las ideas democráticas”. A su juicio, una de las características de las
sociedades pluralistas es
[…] una dispersión de los recursos políticos, tales como el dinero, el conoci-
miento, el estatus y el acceso a las organizaciones; de los espacios estratégicos,
particularmente en asuntos económicos, científicos, educativos y cultura-
les; y de las posiciones de negociación, tanto evidentes como latentes, en los
asuntos económicos, en la ciencia, las comunicaciones, la educación […]
(Dahl, 1989: 251-252) (cursivas en el original y traducción de la autora).
Alejandra Salas-Porras

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