Ya hay califato... dice el califa

AutorTémoris Grecko

ERBIL, IRAK.- Los musulmanes y el resto del mundo quedaron boquiabiertos el pasado 29 de junio: luego de sus victorias militares, el grupo Estado Islámico (EI, antes Estado Islámico de Irak y El Levante) aprovechó el primer día del mes sagrado del Ramadán para informarles a todos los fieles, líderes, presidentes y reyes del mundo islámico que el califato había sido reinstaurado, su comandante Abu Bakr al Baghdadi se había convertido en el soberano y todos debían escoger entre someterse a él o ser declarados traidores a la religión y enfrentar las consecuencias.

El viernes 4, al dar el sermón más importante de la semana en la ciudad de Mo-sul, el ahora llamado califa Ibrahim solemnizó: "Soy el líder que preside sobre ustedes". Su objetivo declarado es seguir "derribando fronteras", como ya hicieron con las de Siria e Irak, para incorporar todos los "territorios musulmanes" a los dominios del nuevo Estado.

Esos territorios van desde India y Si-beria hasta España y el centro de África pues, declaró Baghdadi, si los fieles lo siguen "conquistarán Roma (no se refiere a la capital italiana, sino a los antiguos dominios del imperio romano) y poseerán el mundo, inshallah (si Dios quiere)".

El EI vapuleó al ejército de Irak las semanas previas: sus tropas lo derrotaron dos veces en su intento de recuperar Tikrit. Y pese al desastre, el martes 15 en el parlamento iraquí los partidos cumplían tres semanas sin ponerse de acuerdo para nombrar un nuevo primer ministro y ese día apenas habían conseguido designar un líder parlamentario.

El fraccionamiento de Irak y la consolidación del califato tendría gran impacto para Siria (parte de la cual también está bajo control del EI) y todos los países de la región, pero también más allá, como declaró el portavoz del ejército iraquí, Qassim Atta, el pasado 30 de junio: "Es un mensaje no sólo para la región, sino para el mundo. El mensaje es que Estado Islámico se ha convertido en una amenaza para todos los países".

Las implicaciones se dan a muchos niveles: si por un lado aumenta el poder y el prestigio del yihadismo (el movimiento de quienes hacen la yihad o guerra santa), al punto de poner en cuestión la legitimidad de cualquier gobierno o autoridad que no se someta al califa, también se abre un conflicto entre los numerosos grupos yi-hadistas que hasta hace apenas un año sólo tenían a Al-Qaeda como referencia in discutida.

"El califato significa que todos los musulmanes del mundo deben jurar obediencia a un...

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