¡Buena pesca!

MÉXICO.- Ignacio Ambriz encontró la fórmula para hacer volar al América.

Luego de superar un inicio incierto y con severas dudas sobre su manejo en la cancha, ayer dieron cuenta de Dorados por 4-0.

Si bien los de Coapa adolecieron de regularidad el torneo pasado y luego de ofrecer un gran partido no podían mantener el ritmo, anoche demostraron que están curados de ese mal.

La razón le asistió a la directiva que apostó por mantener a un equipo que se conoce a ojos cerrados, tal y como lo demostraron al aniquilar al cuadro sinaloense en 45 minutos.

Uno de los peores pecados de los pupilos de Carlos Bustos fue haber tratado de maniatar a las Águilas, de atrincherarse es su zona y de no permitir que el juego fluyera.

Este América fue inteligente, nunca renunció a su idea ofensiva, y el orden fue básico para hacer que se mantuvieran encima del rival.

Esta presión fue la que aniquiló a Dorados cuando agonizaba la primera parte, pues el arquero Luis Michel le cambió el ritmo al partido al regalar un autogol, que le dio confianza a los de casa.

Las Águilas dieron una muestra que cuentan con una de las delanteras más completas y competitivas de la Liga, porque Ambriz tuvo en Michael Arroyo y en Darwin Quintero a dos hombres que fueron un revulsivo para el complemento.

Oribe Peralta y Darío Benedetto regalaron a los americanistas una jugada de antología, haciendo tres paredes en el área para que definiera el "Hermoso", en el segundo gol de la noche que le valió aplausos y al público vitoreándolo de pie.

Los goles de Quintero y Benedetto fueron el colofón de un...

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