El Bono del Tesoro a 30 años dice adiós a los mercados

AutorGregory Zuckerman y Michael Schroeder

Redactores deThe Wall Street Journal

En una sorpresiva decisión que produjo uno de los sobresaltos más importantes del mercado de bonos de los últimos años, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos dijo que no venderá más los bonos a 30 años, que por muchos años fueron el punto de referencia para el mercado de bonos estadounidense de US$17,7 billones.

Esta decisión puede significar un impulso para la economía estadounidense en la medida en que contribuye a disminuir las tasas de interés de hipotecas y otras deudas de largo plazo. Aunque las tasas de las hipotecas están hoy en su valor mínimo de tres años, las tasas para préstamos a empresas no han bajado tanto como se esperaba, a pesar de que la Reserva Federal de EE.UU. hizo nueve reducciones de tasas de interés en este año.

Al dejar de vender bonos a 30 años, que pagan una tasa de interés más alta para compensar el riesgo de tenerlos por un largo plazo, el gobierno efectivamente obliga a los inversionistas a comprar bonos a plazo más corto como el bono del Tesoro a 10 años, que ayuda a fijar el interés de las hipotecas y los bonos corporativos.

Esta decisión "tiene un efecto directo de recorte de tasas de interés a largo plazo, algo que los recortes de Greenspan no lograron", dijo Michael Kastner, jefe de inversiones en bonos de la filial de banca privada de Deutsche Bank. "La profunda caída de las tasas a largo plazo es probable que estimule refinanciaciones adicionales de hipotecas y provee un fuerte estímulo a la economía".

William Gross, director general de inversiones de Pacific Investment Co. agregó: "lo que se busca es reducir el costo de capital a largo plazo. La refinanciación hipotecaria es la gran esperanza para mantener en funcionamiento a la economía".

Funcionarios del Tesoro alegan que la suspensión del bono a 30 años apunta a reducir las tasas de interés, y argumentan que el bono ya no era necesario para ayudar a saldar la deuda nacional. En lugar de eso, el gobierno se apoyará en instrumentos a corto plazo con menores tasas de interés para recaudar financiamiento.

La decisión resalta el convencimiento del gobierno de George W. Bush de que la perspectiva a largo plazo del presupuesto federal es todavía optimista, a pesar de las señales recientes de que el superávit está cediendole lugar al déficit.

Mientras que el bono a 30 años ha perdido...

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