BENCHMARK / Eeeeeeh... ¡burros!

AutorJorge A. Meléndez Ruiz

Ese es lo que quisiera gritar (bueno, con un adjetivo más sonoro) al escuchar el infame grito cuando un portero rival despeja en un juego de la Selección.

Ah qué penitentes.

Independientemente de si está justificada la sanción por homofobia, el hecho es que la Selección jugará ya dos partidos oficiales sin afición en el torneo clasificatorio para Qatar 2022.

Tristemente, quizá eso es lo que convenga: jugar sin afición. De otra forma podríamos ser eliminados del Mundial por culpa de unos pocos estúpidos que gritan pentontadas.

Hablemos hoy de la estupidez en un estadio, en los negocios, en la vida... o, claro, en otro lugar donde abunda: la política.

La Real Academia la define como: torpeza notable en comprender las cosas. Por su parte, el diccionario Webster dice que un estúpido es alguien lento de pensamiento y al que le falta la razón.

OJO, la estupidez no está limitada a ser poco inteligente. No. De hecho, muchas grandes estupideces de la historia fueron cometidas por personas brillantes.

Otros factores también explican cómo personas inteligentes actúan de la forma más estúpida. Por nombrar sólo algunos:

  1. La arrogancia del que es muuuy exitoso o poderoso.

  2. La confianza del inepto que decide sobre algo que desconoce.

  3. Una corte de lambiscones que callan antes de contradecir.

  4. Ausencia de loops de retroalimentación.

  5. Dejar de debatir ideas y alejar a los expertos.

    Factores que pesan, y sobre todo en asuntos complejos. Por ejemplo: desmantelar la compra de medicamentos, destruir al Seguro Popular o crear el Banco del Bienestar (BB) al "ahí se va".

    Un amigo experto me comenta la importancia de los sistemas para administrar las funciones operativas y administrativas de un banco. Y no se diga de una institución con 2,700 sucursales.

    "El BB no tienen sistemas. Y sin un buen sistema vas a tener 2,700 edificios inoperantes", explica.

    Por eso ahora que expiraron las tarjetas de Banorte de la 4T para la entrega de la pensión a los viejitos vemos cómo cientos de miles hacen colas de horas para que les paguen en efectivo.

    Como Olga Torres en Nuevo León, que hace unas semanas gastó 400 pesos en taxi para llevar a su mamá Paula Ortiz, de 75 años y que usa silla de ruedas. Llegaron, hicieron cola de horas y les dijeron: "Tienen que venir otro día". Madre mía.

    Escenas que se repiten hoy en todo México.

    ¿Y el Banco del Bienestar? Mal, gracias por preguntar.

    Cuando se ignora la complejidad y se actúa como el Borras, hasta las mejores intenciones...

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