Acción bajo la lluvia

AutorIvett Rangel

Con los temporales crece la oportunidad de descender ríos a bordo de kayaks o en balsas, internarse en las montañas para explorar cañones o recorrer en bicicleta caminos enlodados. La idea es que estos días permanezcas conectado, pero a la na4turaleza.

KAYAC

COMO PEZ EN EL AGUA

Aunque para descender por rápidos a bordo de un kayak se requiere experiencia, en los municipios veracruzanos de Jalacingo y Tlapacoyan hay ríos tan mansos que permiten probar esta experiencia hasta al más novato.

"Los ríos Alseseca y Filobobos tienen muchas secciones para kayakistas de todos los niveles, de principiantes a expertos. Sin embargo, desde la primera clase, te la pasas en el agua: ahí es donde tienes que aprender", cuenta Sofía Reinoso, kayakista profesional e integrante de la familia propietaria de Aventurec, que ofrece cursos de kayak en campamentos de fines de semana.

Otros sitios para realizar esta actividad son los ríos Micos, El Salto y Tampaon, en la Huasteca Potosina, y el río Agua azul, en Chiapas.

Consejos básicos: Hay que tomar un curso para saber cómo remar y zafarse el kayak. Se deben evitar las prendas de algodón, mejor elegir materiales sintéticos, que secan rápido, como lycra o neopreno. Sólo apto para gente con buena condición física y que sepa nadar.

Costos: Con Aventurec el descenso cuesta 550 pesos por persona *.

www.aventurec.com

RAFTING

TODOS A BORDO

A diferencia del kayak (donde navegas solo), para descender en una balsa por un río con rápidos no se requiere saber nadar, tampoco tener buena condición física, señala Omar Vázquez, gerente general de Raft México y secretario de la Asociación Mexicana de Turismo de Aventura y Ecoturismo (Amtave).

En el rafting las balsas, generalmente, son para seis personas; en cada una va un guía, que cuida a los demás.

"Lo único que debes tener son ganas de pasarla bien y vestir como si fueras a correr o al gimnasio", expresa Vázquez.

Los ríos más conocidos para practicar rafting: el Amacuzac, en Morelos; el Pescados, en Veracruz; y el Santa María, en San Luis Potosí. Todos están en su mejor temporada, de junio a diciembre, pues las lluvias les han dejado un cauce robusto.

En el Amacuzac, por ejemplo, los aventureros -ataviados con casco, chaleco salvavidas y remo- navegan a lo largo de 12 kilómetros, durante dos horas y media, atravesando rápidos que prometen emoción desde su nombre: "Licuadora", "Lavadora" y "Tumbaburros".

Consejo básico: Verificar que la empresa de rafting elegida se encuentre...

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