Bajo el embrujo egipcio

AutorErnesto Núñez

ENVIADO

SHARM EL-SHEIJ.- De un lado de la carretera que comunica el aeropuerto de Sharm el-Sheij con su zona hotelera se alzan montañas en medio del desierto; del otro lado, un mar azul turquesa deleita la vista.

La arena que brilla bajo un sol ardiente oculta los encantos del desierto; mientras el agua promete aventuras.

En la punta sur de la Península del Sinaí, el Mar Rojo y las escarpadas montañas se encuentran para dar vida a uno de los destinos turísticos más originales de Egipto.

Fundada como un pueblo pesquero, la ciudad fue ocupada por Israel en dos periodos (1956-1957 y 1967-1982); tras regresar a la jurisdicción egipcia, potenció su vocación turística. Hoy, Sharm atrae a 2 millones de turistas rusos cada año, y a otro millón proveniente de Alemania y otros países europeos. Desde ahí se emprenden tres tipos de apasionantes aventuras.

1 EL DESIERTO

Desde los hoteles de Sharm el-Sheij, que van desde posadas hasta cadenas internacionales de gran turismo, parten excursiones al desierto en las que es posible hacer recorridos de un día entero (o más, para los viajeros que están en mejor forma), a través de las montañas que delimitan el desierto y que alcanzan alturas de hasta 2 mil 800 metros.

Las caminatas, paseos en camello y trayectos en vehículos todoterreno suelen recompensarse con una cena al aire libre ofrecida por tribus de beduinos (los habitantes originales del desierto), bajo una noche iluminada por estrellas.

Sharm es también un punto de partida para visitar los monasterios de San Pablo, San Antonio o Santa Catalina. Este último, ubicado a los pies del Monte Sinaí y construido en el siglo VI, fue declarado por la UNESCO como Patrimonio Histórico de la Humanidad y, por su historia, es considerado un lugar sagrado por cristianos, judíos e islamistas.

Escenario de pasajes bíblicos (como el encuentro de Moisés con Dios para recibir los Diez Mandamientos), el Monte Sinaí, con sus más de 2 mil 200 metros de altura, es un destino de peregrinaciones provenientes de todo el mundo.

2 EL MAR

Cuando cae la tarde, los arrecifes de coral proyectan desde lo profundo un tono rojizo que bien podría ser el origen del nombre de este golfo que divide África y Asia.

Y, aunque el Mar Rojo no se llama así por su color, sí deja en el visitante la sensación de haber estado en un mar de tonalidades únicas.

Los arrecifes del Parque Nacional de Ras Mohammed convierten a Sharm en sitio obligado para los amantes del submarinismo.

El parque tiene más de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR