Bajo la batuta de Zubin Mehta, en Bellas Artes

AutorErika P. Bucio

La Filarmónica de Israel requería de un pianista para tocar El mandarín milagroso de Béla Bartok en uno de tres conciertos en el Palacio de Bellas Artes como parte de su gira por América en 2001, y Duane Cochran parecía el indicado para trabajar bajo las órdenes de Zubin Mehta.

Una obra que Cochran tenía bien estudiada; apenas un par de meses atrás la había tocado con el experimentado Luis Herrera de la Fuente.

A través del INBA, Mehta le había hecho saber que deseaba conversar con él antes del ensayo. Él llegó a Bellas Artes hecho un manojo de nervios. Al entrar a la sala, vio de espaldas al legendario director, junto al piano, revisando la partitura. Cuando volteó la cabeza, recibió al pianista con una gran sonrisa, y empezó a hablarle de las complejidades de la obra.

"Se nota que te la sabes...

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