Alfonso Avila del Palacio, Estructura matematica de la teoria keynesiana.

AutorGarcia de la Sienra, Adolfo
CargoResena de libro

Instituto de Cultura del Estado de Durango/Fondo de Cultura Económica, México, 2000, 136 pp.

CONSIDERACIONES GENERALES

En esta edición, coproducida por el Instituto de Cultura del Estado de Durango y el Fondo de Cultura Económica, el reconocido filósofo de la economía Alfonso Ávila del Palacio nos ofrece una visión estructuralista de la teoría keynesiana. En el capítulo I explica al lector la concepción estructuralista de la ciencia y la teoría matemática de los juegos. Por cierto que presenta la axiomatización de la misma que propusieron Morgenstern y Von Neumann en su clásico Theory of Games and Economic Behavior, (1) la cual define cierta clase de juegos en forma extensiva. Pero me parece que hubiera sido preferible presentar el concepto de juego en forma estratégica pues, como se verá más adelante, este concepto es más apropiado para reformular a Keynes.

Desde luego, la concepción estructuralista de la ciencia sólo puede ser de interés para personas con intereses filosóficos, ya que constituye una explicación lógica y metodológica de las teorías científicas: sólo aquellas personas interesadas en el análisis lógico de las ciencias --economistas o no-- que piensan que las teorías económicas plantean problemas metodológicos, y que tienen una actitud crítica frente al problema de su verdad y aplicabilidad a la realidad económica, encontrarán interesante este libro. Este capítulo da el tono al resto del libro: expositivo, claro y ameno, dirigido a un público culto pero no necesariamente especialista en economía. Por cierto que parece haber un error en la formulación del axioma de la completud de las preferencias (pp. 26-27). Dice: "todo evento probable es preferible a otro, o hay alguno que es preferido al primero"; en símbolos:

[atañe a todos]x [existente en]y [existente en]z (x > y [disyunción] z > x).

Esto significa que o no hay eventos mínimamente preferidos o no los hay máximamente preferidos (i.e. que el conjunto de los eventos no es acotado ni por abajo ni por arriba). Pero la completud usualmente significa otra cosa, a saber, que la relación de preferencia es conectada en el sentido de que, dados dos eventos, uno es (débilmente) preferido al otro. En símbolos:

[atañe a todos]x[atañe a todos]y (x [mayor que o igual a] y [disyunción] y [mayor que o igual a] x).

En el capítulo II, Ávila del Palacio hace una exposición de la Teoría General de Keynes a través de sus antecedentes y dejando muy en claro su significado económico, sin perderse en una maraña de símbolos. Destaca en el mismo la motivación de la teoría de Keynes ("descubrir lo que determina el volumen de ocupación"), así como la formulación de los supuestos y las leyes.

Se observa que uno de los conceptos centrales de la teoría es el de expectativa psicológica de rendimiento futuro de la inversión; se muestra en el capítulo III, donde Ávila del Palacio hace una interesantísima revisión de algunas reconstrucciones y desarrollos de la Teoría General, que éste es desde luego el hueso duro de roer al que se tiene que enfrentar una reconstrucción estructuralista. El problema estriba en la representación matemática de dichas expectativas. ¿Qué es una expectativa? Podemos imaginarnos en la posición de un empresario que tiene que decidir, por ejemplo, cuántas llantas producir durante el próximo año. Aquí la expectativa es claramente una estimación, más o menos fundada en el conocimiento disponible del "mercado", de la demanda esperada de esta marca de llantas para dicho periodo. Está claro que hay elementos de incertidumbre e ignorancia que además implican un riesgo. El problema es que, como aclaró Keynes, "con 'muy inciertos' no quiero decir lo mismo que con 'muy improbables'". Las demandas posibles de llantas pueden ser todas muy inciertas, pero no por ello igualmente improbables. Pero Ávila del Palacio piensa, con Ramsey, que hay aquí una "inconsistencia":

si el futuro es muy incierto, o bien no puedo decir nada de él, o bien lo que quiero decir es que es muy improbable que se dé algo que yo espero en él. De tal manera que, a fin de cuentas, decidir en la incertidumbre es análogo a correr un gran riesgo. Se dice que en...

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