En aumento, asesinatos de policías

Andrés M. EstradaCIUDAD DE MÉXICO, febrero 6 (EL UNIVERSAL).- La frialdad del acero de la pistola se sintió como un hielo cuando lo encañonaron en la cabeza. Los delincuentes le gritaron: "¡No te muevas ni nos veas a la cara!". No podía hacer nada. Vinieron el coraje y la impotencia, al mismo tiempo que llegaron los golpes sobre su cuerpo. El miedo invadió al resto de los pasajeros del microbús. Nadie detuvo la golpiza. Tampoco dijeron nada.

Se limitaron a observar y escuchar, porque segundos antes fueron despojados de sus pertenencias. "¡A ver... celulares y carteras hijos de su puta madre!", fue la amenaza verbal previa que acompañaba la imagen de la armas en sus manos.

Uno a uno, les arrebataron a los pasajeros sus objetos de valor hasta llegar al lugar de Eder Montoya [nombre con el que protege su identidad], quien no quería perder su celular nuevo y, les dio otro chiquito que cargaba ya para ocasiones lamentables como esa.

Aun así, el asaltante revisó su mochila. Encontró una credencial, la miró y le gritó a su cómplice: "¡Aquí hay un tira!", a lo que recibió como respuesta de su compañero asaltante: "¡Ah, pues pásalo para acá...!". Enseguida lo recorrieron e hincaron sobre el pasillo del vehículo de la Ruta 30 del transporte público, que se dirigía de Ecatepec, Estado de México (Edomex), hacia el Metro Indios Verdes. Era una mañana de marzo de 2017 y se dirigía a su trabajo.

Al policía auxiliar de la Ciudad de México (CDMX) le pidieron su arma, pero les dijo que no traía. Molestos, lo tumbaron y encañonaron. Ahí, las ideas sobre su muerte giraron sin control. Pensó en su esposa y sus tres hijos. Si moría... ¿qué ocurriría con ellos?

Su destino era un volado al aire: podría sumarse al asesinato de 27 elementos de la Policía Preventiva (PP) y la Policía Bancaria e Industrial (PBI) de la metrópoli, que murieron por arma de fuego, heridas y golpes, mientras se encontraban fuera de servicio, de enero de 2012 a septiembre de 2016, de acuerdo con datos obtenidos vía Transparencia por EL UNIVERSAL. Una cifra similar a los 29 que murieron en servicio, por las mismas causas en el mismo periodo. Es decir, en 5 años, casi se igualaron los homicidios de policías que se encontraban francos, frente a los que realizaban labores de seguridad.

De los policías asesinados en días de descanso o de camino al trabajo o a su casa, 7, son de la PP y fue por arma de fuego. A su vez, la PBI reportó 20: 7, por asalto; 6, por arma de fuego; 3, por homicidio...

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