Asombra venganza
| Autor | Irene Savio y Benito Jiménez |
Corresponsal y Reportero
Ni en los tiempos más violentos de la mafia italiana los grupos más sangrientos tomaron venganza contra los familiares de los uniformados.
"Jamás se llegó a tal extremo", dijo ayer a REFORMA el fiscal antimafia de Palermo, Antonio Ingroia, al referirse a la ejecución de la familia del marino Melquisedet Angulo Córdova, quien murió durante el enfrentamiento en el que fue abatido el capo Arturo Beltrán Leyva.
La madrugada de ayer, horas después del entierro del militar, un comando armado irrumpió en la casa de la familia Angulo Córdova, en Tabasco, y asesinó a su madre, Irma Córdova Pérez; su hermana, Yolydavey; su tía, Josefa Angulo Flores, y su hermano Benito.
Otro de sus hermanos resultó herido.
"Estos hechos evidencian un crecimiento en el poder de estos criminales, y por eso es necesaria una reacción (del Estado) a la altura de este desafío", apuntó el fiscal antimafia de Palermo.
Ingroia comparó la actual estrategia de los narcos mexicanos con la que utilizaron los grandes padrinos corleoneses, una de las facciones más sangrientas de la mafia de Sicilia, que fueron responsables de asesinatos selectivos de jueces, de fiscales y hasta de políticos.
"Es un momento difícil, y el peligro es muy alto de que los narcos se fortalezcan más y más. Eso, si no hay una reacción fuerte", opinó.
La ex Ministra de Defensa de Colombia Marta Lucía Ramírez coincidió con Ingroia en que estas ejecuciones son hechos que buscan intimidar y ante los cuales no se debe ceder.
"Sin duda, es una acción de intimidación no sólo contra el Estado, sino contra la sociedad civil, que no debe dejarse intimidar, sino, por el contrario, reforzar la lucha contra el crimen organizado", declaró a REFORMA.
Ramírez, quien dirigió el Ministerio de Defensa de Colombia entre 2002 y 2003, recordó que para su país no son ajenas las represalias contra los agentes de la fuerza pública y sus familiares.
Entre los casos de intimidación que más golpearon a la sociedad colombiana destaca el atentado contra un avión comercial de Avianca, en 1989, que estalló en el aire por encargo del jefe del Cártel de Medellín, Pablo Escobar, quien, además, puso precio a la cabeza de cada agente de la fuerza pública que fuera asesinado.
En México, el ex fiscal antidrogas Samuel González Ruiz consideró la matanza como una escalada en la que tanto el Gobierno como el narcotráfico rompieron sus propios límites.
El ex jefe de la Unidad Especializada en Delincuencia Organizada dijo...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba