Argonáutica / El ejército del Fénix

AutorJordi Soler

X envió un mail y al día siguiente tenía a la policía antiterrorista echando abajo la puerta de su casa. El mail no eran tan inocente, pero tampoco era una mochila cargada de explosivos, y también es probable que si en Europa no existiera el miedo a los terroristas que generó el 11-M de Madrid, ese mail hubiera pasado inadvertido, hubiera sido clasificado como lo que la madre de X dijo desde el principio que era: "una chiquillada".

Miren ustedes, X es un muchacho de 14 años que vive con sus padres en un suburbio de París, tiene hermanos y va a la escuela; es decir, no tiene perfil de terrorista, aunque, con un exceso de perspicacia, podría pensarse que el más peligroso de los terroristas es aquel que no lo parece, como aquellas madres de familia chechenas, con pinta de alma de Dios, que se meten en medio de una multitud y activan los explosivos que llevan sembrados en el cuerpo.

Pero lo de X no eran explosivos, sino un e-mail que reclamaba al director de un supermercado sus "elevados precios", su "poca conciencia social" y su "nula solidaridad con los miserables del mundo"; y que, al final, amenazaba con "matarlos a todos", y firmaba: El ejército del Fénix.

El director del supermercado estimó que se trataba de una amenaza y se sintió bastante amedrentado por la firma de ese ejército, así que puso una denuncia y a la mañana siguiente la policía montó un operativo a la medida de esta denuncia: mandó a 20 agentes, con todo tipo de armas y vehículos de tierra y aire, a la casa del muchacho.

Lo primero que vieron cuando un oficial corpulento derribó la puerta de una patada, fue a la mamá en bata con un perrito en los brazos y, acto seguido, sin que la señora tuviera oportunidad ni de ofrecer café, los agentes comenzaron un registro minucioso que despertó, de mala forma, al resto de la familia que todavía dormía.

Los resultados del registro fueron poco significativos: un bote de gasolina que tenía su padre para recargar la moto y la...

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