Aprender a ser libre

AutorJulieta Fierro

Uno de los años clave de mi vida fue 1968, porque aprendí a ser libre. De niña iba mal en la escuela, siempre cero en francés, tema grave pues mi escuela era gala, y me costó mucho trabajo aprender a leer (todavía sigo lenta).

Mi mamá murió cuando tenía 13 años, mis hermanos pequeños apenas 1 y 2, y había que atenderlos. Además en esa época el ideal era ser mujer de su casa.

Mi infancia no siempre fue feliz, sin embargo, tuve comida más que suficiente, asistencia médica, educación de calidad y ejercicio, gracias a mi padre. Estoy segura de que si la mayor parte de los mexicanos tuvieran los mismo, como debería de ser, seríamos una mejor nación.

1968 fue la revolución. Como muestra la historia, en estas ocasiones cada persona considera que es su momento y piensa que puede obtener las reivindicaciones propias. Las mías fueron tener novio, estudiar, usar pantalones y minifalda.

En esos tiempos, ¡las pastillas anticonceptivas eran fáciles de conseguir! Les Luthiers cantaban al son de un comercial de electrodomésticos: "lo mejor para ser pocos es la píldora, la píldora, anticonceptiva... etinil, estradiol, loretindrona actúan como cedazos, de posibles embarazos".

En consecuencia huí de mi casa, con ayuda del que fue mi esposo Ángel, no sin cierto sobresalto por abandonar a mis hermanitos, conseguí un trabajo de intérprete simultánea y paso a paso aprendí a disfrutar la vida de otra manera.

Para esto debo confesar fue necesario el diván semanal que me acompaña hasta la fecha. Además tomo antidepresivos y las migrañas no me dejan; comenzaron cuando tenía 7 años.

El inicio de mi etapa adulta estuvo rodeada de amor y paz, flores en el pelo, música de rock, libertad y el ideal comunista. Era la época en que se consideraba que si se distribuía la riqueza se tendría un estado de bienestar, pero, ¡oh, sorpresa! resulta que los seres vivientes están diseñados para luchar y sólo así lograr la plenitud; por dar un solo ejemplo, los juegos de cómputo son tan exitosos, porque producen retos y felicidad ante el éxito.

Uno se habitúa a la felicidad, por eso se tiene que trabajar para obtenerla durante toda la vida.

Lo mejor que me ha pasado es tener hijos y familia a la cual...

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