Apapachan al Presidente... y hasta le cantan el Himno

Alejandra Canchola, enviada

TLAXIACO, Oax., enero 18 (EL UNIVERSAL).- Un coro de niños que habitan la mixteca alta de Oaxaca entonan el Himno Nacional en mixe. Van a destiempo y es hasta que quitan la música que el presidente Andrés Manuel López Obrador puede admirar sus voces, en una lengua que poco se acopla a los acordes de Jaime Nunó.

El Presidente llegó a Oaxaca en medio de muestras de afecto, los oriundos lo llenan de adornos y presentes. Lo atavían con sus ropas y flores, bastones de mando y un sombrero tejido de palma que tiene su mote: "AMLO".

El Mandatario corresponde al cariño de los oaxaqueños. Dice que "está avecindado" y que Oaxaca le gusta, en particular por sobre otros estados. Y menciona en su discurso a Benito Juárez, su oaxaqueño favorito.

Desde que uno llega a San Antonio Sinicahua se ven casas bien pintadas, poca terracería, un paisaje verde y frondoso, y a la gente contenta esperando al Presidente que les dio trabajo, una carretera para llegar al hospital, la escuela y el mercado.

Lo esperan ansiosos, igual que el titular del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI), Adelfo Regino, quien, mientras aguarda, le explica a los pobladores, a la prensa, a la gente de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, los beneficios del programa.

Lo que hizo la gente fue recibir dinero directo del gobierno, que se entregó a través del INPI, y compraron el material que ellos creyeron necesario, hicieron su mezcla, midieron el grosor...

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