Antonio Garza / Ally shoring, una oportunidad crítica para Norteamérica

AutorAntonio Garza

En sus primeros 100 días, el presidente Joe Biden se propuso reconstruir relaciones económicas y políticas vitales con nuestros aliados en la región y en el resto del mundo. México, un aliado crucial y uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos, ha encabezado la lista. A medida que la administración de Biden continúa participando al sur de la frontera, el ally shoring ofrece un enfoque que fortalecería la cooperación bilateral y apoyaría la recuperación económica.

El 7 de mayo, la vicepresidenta Kamala Harris se reunirá virtualmente con el presidente Andrés Manuel López Obrador para hablar sobre inmigración. Los líderes probablemente abordarán el repunte de las detenciones fronterizas de hombres mexicanos solteros durante el mes de marzo, que se fueron de su hogar debido a la falta de trabajos. Este aumento de cruces muestra la urgente necesidad de trabajar juntos en temas económicos a corto y largo plazo.

Para impulsar esta colaboración bilateral, el ally shoring ofrece a la administración de Biden una estrategia para reconstruir nuestra economía con los países vecinos que comparten nuestros valores a través de una mayor integración de nuestras cadenas de suministro, abastecimiento y producción. El objetivo es proteger nuestra seguridad económica y nacional colectiva. Un informe reciente de la U.S.-Mexico Foundation, The Case and Path of Development for Ally Shoring: Mexico, ofrece una hoja de ruta detallada.

El primer paso sería que EUA trabajara con México y Canadá para aprovechar los esfuerzos actuales para coordinar durante la pandemia suministros críticos, investigación y desarrollo, y ensayos de vacunación, con el fin de aumentar la capacidad regional. En segundo lugar, Estados Unidos podría ofrecer incentivos para que las industrias privadas redirijan las cadenas de suministro e identifiquen oportunidades de coproducción y abastecimiento en los sectores emergentes y de exportación de México.

En tercer lugar, Estados Unidos podría trabajar con México para desarrollar una infraestructura fronteriza moderna y eficiente que facilite el comercio, mediante la creación de mecanismos de seguridad, gestión de riesgos y logística más eficaces. Por último, para mejorar el estado de derecho, la colaboración bilateral podría centrarse en la adopción de medidas adicionales que garanticen la transparencia y establezcan reglas claras para las instituciones.

Estados Unidos y México construirían sobre una base ya sólida...

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