El 'annus horribilis' del Rey Juan Carlos

AutorAndrés Aguayo

Entre los primeros escándalos del año estuvo el accidente que el Rey Juan Carlos tuvo en Botswana, en abril, durante un viaje de cacería que hizo junto a su supuesta amante.

La aparatosa caída del monarca en un evento militar se sumó a las enfermedades y chismes que lo rodearon en el 2012.

"Ya estoy fuera del taller", bromeó el Rey Juan Carlos con los fotógrafos que lo esperaban en la puerta de un hospital madrileño el pasado 3 de diciembre.

Ese día, el monarca español recibía el alta de la operación de cadera que le habían practicado 10 días antes (la tercera en lo que va del año). El 2012 ha sido uno de los peores para el monarca de 74 años, y no sólo en términos de salud.

En los últimos 12 meses su imagen se ha desplomado 20 puntos, producto del juicio por corrupción que se sigue contra su yerno, Iñaki Urdangarin, y por el accidente que sufrió en abril mientras cazaba elefantes en Botswana (y por el que tuvo que operarse la cadera izquierda en dos ocasiones).

El pasado 25 de noviembre, tras salir del quirófano, el Rey recibió una visita de su familia completa en la que también se coló Urdangarin. Fue la primera aparición pública del ex jugador de balonmano con su familia política desde diciembre del 2011, cuando el fiscal lo acusó formalmente por un delito de malversación de fondos públicos.

DE SORPRESA EN SORPRESA

La inesperada visita de Urdangarin podría ser un giro a la postura que la Casa Real española ha mantenido desde finales del año pasado, cuando calificó su comportamiento de poco ejemplar y lo apartó de los actos oficiales.

"Es como cuando alguien tiene un hijo y le puede querer más o menos, o parecer más o menos tonto, pero no puede dejar de ser hijo", dijo un portavoz de la Casa Real en su comparecencia pública de diciembre del 2011 para explicar el nuevo estatus del esposo de la Infanta Cristina.

La prensa se pregunta si la visita supone una especie de indulto del monarca a su yerno, entre otras cosas porque se produjo sólo cuatro días después de que el fiscal pidiera al juez una fianza de 8.1 millones de euros para Urdangarin y su socio en el juicio de corrupción que se les sigue.

Cuando algunos periodistas preguntaron a los voceros del Palacio de la Zarzuela sobre la visita del yerno, uno de los portavoces respondió tajante: "No hay que buscar ninguna interpretación. Era un deseo de la Infanta Doña Cristina el estar con su padre tras la operación. Ella misma le comunicó que iría con el Duque de Palma y con Juan, el hijo...

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