Ángel caído

Fotos: Diego Gallegos

De sus mejores años como cantante sólo conserva una tarjeta de presentación y sus recuerdos.

Enrique Castillo, quien fue vocalista de los Ángeles Negros en la década de los 80, hoy es un indigente que malvive entre basura en una combi estacionada en una calle cercana al Acueducto de Los Remedios, en el Municipio de Naucalpan.

Sin rastro de los escenarios y de los aplausos, su día a día transcurre entre envases y platos de unicel, ropa, cobijas sucias, una llanta e insectos.

"Quiero que me recuerden como un ídolo", anhela Enrique, aunque algunos de sus vecinos sólo lo tienen presente por la mala imagen que da.

Como todos en el grupo, Enrique llegó a México procedente de Chile y fue uno de los vocalistas tras la salida de Germaín de la Fuente.

Después probó suerte como solista. La última aparición que tuvo fue en un programa de televisión y de ahí no se volvió a saber nada más de él.

Conserva el bigote y la melena rizada que lo distinguieron del resto de sus compañeros, pero la falta de higiene hace difícil reconocerlo a primera vista.

Quienes se compadecen de él le llevan comida o le donan ropa, otras personas le permiten darse un baño, algo que sucede cada dos o tres semanas.

Tiene 63 años y él mismo reconoce que la muerte de su esposa fue el declive, pues su familia política lo corrió de la casa donde vivían con su hija de 17 años.

Eso fue hace cinco meses y desde entonces ocupa la combi, estacionada frente al que fue su hogar.

"Estoy en un fondo, donde no sé dónde pisar, si piso o no piso, si soy o no soy, si era o no era... un cantante con trabajo", lamenta.

No pierde la esperanza de que la embajada de Chile en México lo pueda ayudar.

Aunque Enrique expresa su deseo de volver a su país natal, dice que carece de dinero y no sabe qué trámites debe de seguir, además de que desconoce si alguno de sus tres hermanos, Roberto, Maritza y Miguel, viven.

En cambio, un hombre de la tercera edad lo desmiente.

"Yo no soy familiar de él, él anduvo viviendo una temporada de mantenido aquí el señor, mantenido más de 20 años", comentó el señor de edad avanzada que se identificó sólo como el papá de Jacqueline.

Ve pasar el tiempo

El mundo de Enrique Castillo se limita a una combi y a la calle en donde habita.

Sin un horario fijo, se le puede ver merodeando en los alrededores o sentado en la banqueta, hasta que alguien le acerca un plato con comida y algo de beber.

Su único vicio, dice, es el cigarro, por lo que aprovecha cualquier...

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