Andar y Ver / Jueves

AutorJesús Silva-Herzog Márquez

Nadar es combatir al ahogado que nos estrangula desde dentro. Quien nada en el mar se entrega a dos abismos en movimiento. Al suyo y al del agua. Un poema que respira mal se ahoga escribió Julio Trujillo en un ensayo sobre la natación y la poesía. En Jueves, el extenso poema que acaba de publicar bajo el sello de Trilce, se escucha la respiración de ese hombre que, con brazadas y palabras, lucha consigo mismo, que se interroga y se fustiga. También se oyen ahí los jadeos, los tragos de agua salada, la seducción de los piélagos y el silencio de un repentino remanso. El poeta huye de la ciudad para encarar su naufragio. Escapa del ruido y las prisas para sumergirse en la oscuridad: la noche más negra y el agua más brava de sí mismo.

Te has despertado en plena

madrugada

y vas al mar sonámbulo

sonámbulo

en busca de olas

negras

de súbitas paredes que te absorban

Este largo soliloquio se incorpora de inmediato a la exquisita tradición que existe en nuestras letras del poema extenso. Está ya, a lado de Muerte sin fin, de Gorostiza; de Piedra de sol, de Paz y, sobre todo, del Incurable de David Huerta, un poema que aparece de pronto como un hermano, como el origen tal vez, del "eco de una kilométrica derrota" que, palmo a palmo, recorre Trujillo. Jueves es el rezo hacia un dios en el que el poeta no cree. Una letanía sin fe que respira sin comas, sin puntos, sin mayúsculas. No las necesita esta poderosa recitación para dejarse llevar por la cadencia de la marea y los pulmones...

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