Ana Laura Magaloni / ¿Para qué la cárcel?

AutorAna Laura Magaloni

El pasado 1o. de noviembre, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) escuchó en audiencia temática, a petición de un grupo de académicos y defensores de derechos humanos, la situación que padecen los internos del penal federal de Islas Marías. En el sexenio pasado, este centro de readaptación social pasó de ser una cárcel con un régimen de mínima seguridad, en donde los internos vivían con sus familias, a un penal de alta seguridad. ¿Cuál fue el resultado de ello? Según se expuso en la audiencia ante la CIDH, el penal de Islas Marías reproduce todos y cada uno de los vicios y problemas de nuestro sistema penitenciario, con algunos agravantes propios de un penal situado en una isla.

Los viejos vicios del sistema penitenciario están presentes en Islas Marías. Por ejemplo, según señala el escrito de solicitud de audiencia ante la CIDH, la comida es escasa, frecuentemente está descompuesta y provoca enfermedades a los internos. Lo mismo sucede con el servicio médico: existen sólo un médico y un ginecólogo para atender a una población de más de 8000 internos; no existe un cuadro básico de medicamentos, ni mucho menos capacidad para llevar a cabo estudios básicos de laboratorio. Asimismo, como sucede en otros penales del país, en Islas Marías hay un grave problema de sobrepoblación. Según señala el escrito de referencia, "la población penitenciaria en el lugar pasó de alrededor de 800 internos a cerca de 8000. Algunos dormitorios albergan hasta 200 internos".

Es cierto que muchos de estos problemas son propios del sistema penitenciario mexicano, no sólo de Islas Marías. Sin embargo, en Islas Marías se agravan o magnifican por el aislamiento. Cuando los internos compurgan su pena en un lugar cercano a sus domicilios, generalmente la familia suple algunas deficiencias del sistema. Por ejemplo, la familia provee comida, artículos de limpieza, medicinas, ropa, cobijas, etcétera. Para los internos de Islas Marías no existe esa opción, por lo tanto, las carencias del sistema se notan y se sufren mucho más.

Con respecto al trato a los internos, Islas Marías es un escándalo en violaciones a los derechos humanos. Para empezar, según señala el escrito de solicitud de audiencia ante la CIDH, "el grueso de los internos e internas fueron llevados al archipiélago sin su consentimiento, obligados a firmar un falso consentimiento o bien mediante intimidaciones, a altas horas de la noche, sin que mediara una notificación, sin enterar a sus...

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