Amores que matan

AutorLuis Homero Echeverría

Si algo quedó grabado en la mente de Fernando Morientes en sus participaciones en la Champions, fue eliminar al club de sus amores, por más que pretenda olvidarlo.

Después de ver cómo la llegada de Ronaldo le quitó oportunidades en el Real Madrid, el ex delantero encontró acomodo en el Mónaco, al que llegó cedido en 2003. Al final de aquella temporada, cuando debió volver a la disciplina blanca, tuvo que hacerlo "con la cola entre las patas".

"Eso queda más como anécdota, para el futuro, para la gente, que para mí personalmente. En ese entonces era mi trabajo y mi trabajo era jugar para Mónaco, intentar hacerlo lo mejor y se dio la casualidad que en Cuartos tuvimos que eliminar al Real Madrid", comentó Morientes a CANCHA.

El "Moro" marcó dos veces en la serie ante el club dueño de su pase. El primero en la ida en el Bernabéu para firmar un segundo gol como visitante -derrota 4-2- y dejar vivo al conjunto del Principado.

El segundo, sin embargo, es el que más pegó. El 6 de abril de 2004, Morientes marcó al 48' la remontada en la vuelta y dejó al equipo monegasco a una diana de la hazaña. Aunque Ludovic Giuly -más tarde jugador del Barcelona- hizo el gol definitivo, el efusivo festejo de Morientes quedará grabado en la mente de todos los madridistas.

"Fue un poco extraño por la situación que viví en primera persona, pero no deja de ser anecdótico", dijo Morientes en su reciente visita a México.

Anecdótico o no...

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