Álvaro Vizcaíno Z. Necesitamos una reforma penal integral
| Autor | Luis Ticó |
| Páginas | 34-37 |
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Son tres las iniciativas de ley que proponen reformar el sistema de justicia penal que han sido presentadas ante el Congreso desde el inicio del sexenio...
Así es. La primera fue presentada por legisladores encabezados por César Camacho Quiroz del PRI, en diciembre de 2006 y es postulada por la Red Nacional a Favor de los Juicios Orales. Después, la que el presidente Felipe Calderón envió al Congreso en marzo de 2007 y, por último, la que presentó el PRD, PT y Convergencia, por conducto de los diputados Alejandro Chanona Burguete y Layda Sansores, entre otros, a finales de abril de este año.
¿Podría darnos una primera impresión de las tres iniciativas?
La primera ha sido sobre valorada, tal vez porque ha sido la más difundida. Cuenta con el apoyo de numerosas organizaciones nacionales y extranjeras y de importantes medios de comunicación. Es un documento enfocado a los juicios orales, eminentemente garantista, pero no atiende todos los problemas del sistema de justicia. La iniciativa del Presidente Calderón ha sido duramente cuestionada, especialmente por los impulsores de la iniciativa de la Red. Aunque las críticas se han centrado en las medidas que propone contra la delincuencia organizada, me parece que en el fondo es porque no incluyó, de inicio, un sistema penal acusatorio que impulsara juicios orales. La del PRD, PT y Convergencia intenta englobar las dos anteriores, pero ha sido poco difundida y, por lo mismo, prácticamente ignorada. Las tres iniciativas son similares en el diagnóstico y subrayan la urgencia de transformar integralmente el sistema de justicia. Además, coinciden en varias propuestas, como la unificación penal y la justicia alternativa, aunque difieren en la forma de implementarlas.
Vamos al fondo. Comencemos por la iniciativa de la Red...
Algunos medios de comunicación y académicos han impulsado la idea de que la oralidad es la panacea. Es cierto que los juicios son largos -263 días es el promedio para resolver la primera instancia de un juicio federal en 2006, según el Consejo de la Judicatura Federal-, también que la mayoría de los procesados nunca vieron al juez que los juzgó -80% según el CIDE-, y que los procesos son poco transparentes. Los juicios orales podrían resolver estos problemas, pero sólo solucionarían esa parte, la de los procesos penales. La oralidad no es una varita mágica; es uno más de los principios que conforman un sistema penal acusatorio y éste es, a la vez, una parte del sistema de justicia penal.
¿Qué olvidó...
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