Por otras alternativas a la televisión comercial

AutorLourdes Roca
Cargo del AutorDoctora en Antropología por la enah y profesora-investigadora del Instituto Mora. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores desde 2001.
Páginas77-97
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En este texto se retoman algunos de los resultados de una amplia in-
vestigación sobre infancia y televisión que venimos realizando desde
2003, y que se ha centrado en los problemas de salud más apremian-
tes que hoy padece este sector de la población.
A la exposición infantil a la programación televisiva comercial,1
objeto principal de este estudio, se suman numerosos medios impre-
sos, firmas y campañas publicitarias, empresas y servicios diversos
que pertenecen a las grandes televisoras, etcétera, los que además
cuentan con el apoyo de sectores sociales de amplio poder detrás de
su propiedad, producción y difusión que la impulsan día con día.2 De
* El texto deriva de una investigación del Laboratorio Audiovisual de Investigación Social
del Instituto Mora, desarrollada entre 2003 y 2006, y apoyada por el Conacyt. Los integrantes del
grupo de investigación fueron: Fernando Aguayo, Guadalupe López, Carlos Hernández, Paris
García, Daniel Inclán, Felipe Morales, Alejandra Padilla, Haydé Toledo y Alejandra López. Envíe
sus comentarios a: lroca@mora.edu.mx
** Doctora en Antropología por la ENAH y profesora-investigadora del Instituto Mora.
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores desde 2001.
1 Entendida como toda la barra de programas, con sus comerciales incluidos, dado que
éstos son esenciales a la televisión privada.
2 Detrás de todas sus acepciones encontramos lo que Monsiváis caracteriza como el funda-
mento de una dictadura del gusto, que desde los años sesenta viene creando una nueva identidad
social, sustentada en los valores del consumo, y cuya esencia es el traslado de la identidad colectiva
a los espacios de lo rentable, porque: 1) cualquier intento de hacer pensar aburre (y ella nos
ayuda a tener “el cerebro en pantuflas”); 2) la familia no acepta que la dividan con programas
que atentan su unidad básica (de ahí la televisión como última Plaza Mayor de las Familias, inte-
grada porniños de ocho a ochenta años”; 3) la pantalla chica acepta sólo un nivel educativo (nada
de complejidades); 4) debe protegerse la moral tradicional; 5) y la tecnología es señal de que no se
vive en el pasado. Carlos Monsiváis, “Lo entretenido y lo aburrido. La televisión y las tablas de la
ley”, en Carlos Monsiváis, Aires de familia, Barcelona, Anagrama, 2000, pp. 218-220.
Por otras alternativas
a la televisión comercial*
Lourdes Roca**
Lourdes Roca
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ahí que, como resultado de un proceso histórico de interrelación de ya
casi cuatro generaciones con este medio masivo, partimos del análisis
de la televisión EN (que no “y”) lo social.
Dado que hacer referencia a la infancia implica a un sector de
población muy amplio, optamos por iniciar centrándonos en cómo se
presenta la problemática en la edad preescolar, donde detectamos
importantes problemas de salud que nos llevaron a preguntar en qué
medida, los niños de esta edad, se ven afectados en su salud por la
sobreexposición a la televisión comercial. Específicamente, interesan
los problemas de salud que más recientemente se han incrementado
en este sector de la población como es el caso del sobrepeso y la obe-
sidad,3 así como diversas problemáticas de salud bucal.4
Consideramos que las condiciones socioeconómicas en que se desen-
vuelven la mayoría de las familias y las escuelas en la ciudad, escon-
den importantes causas del deterioro de la salud infantil, pero soste-
nemos que, además del ambiente familiar y educativo, hay un tercer
factor, la exposición a la programación televisiva, el cual también
condiciona en gran medida lo físico, lo psíquico y lo social.5
Es evidente que los numerosos problemas que vive nuestra socie-
dad, entre los que destacamos la pobreza y desigualdad de oportuni-
dades, la falta de salud y los graves índices de violencia, son resultado
de diversos factores, pero, entre ellos, sostenemos que la programa-
ción televisiva comercial, que es la de mayor cobertura y rating en
nuestro país, ha desempeñado también un papel significativo.
Por las formaciones académicas de los participantes en este estudio,
abordamos el tema desde un enfoque antropológico que se nutrió, ade-
más del trabajo etnográfico, de las posibilidades que ofrece el análisis
3 Principales causas de que a edades cada vez más tempranas se presenten problemas de
hipertensión, diabetes e incluso depresión.
4 Desde luego la situación no es tan sencilla como alguna vez se planteó con la teoría de la
aguja hipodérmica, que veía a la televisión cual jeringa letal presta a terminar con el ser
humano pensante. El asunto es bastante más complejo y, reconociendo desde un inicio a la
familia y la escuela como factores prioritarios que condicionan las relaciones que establece el
niño con su entorno (mucho más estudiadas y discutidas), buscamos destacar el papel que
desempeña también en ello la programación televisiva, precisamente porque sobre ella apenas
se estudia, se reflexiona y se concluye. Cfr. Aric Sigman, How TV is (quite literally) killing us, 2005;
en: http://www.whale.to/b/sigman.html (Consultado el 12 de diciembre de 2006).
5 Hasta ahora nos hemos centrado en los efectos en la salud física y psíquica, conscientes
de que, lo que se viene manifestando en las relaciones que establecen los niños con su alrededor
y con los demás, ameritará estudios a más largo plazo.

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