Allá no hubo mestizaje indoinglés, aquí hubo mestizaje indoespañol con discriminación racial

AutorJosé E. Iturriaga
Páginas51-73
51
En donde ahora se asienta Estados Unidos habitaban un millón y medio
de indígenas, según lo afirma John Collier.6 Eran más de 600 tribus y
vivían desde las tundras heladas del Ártico hasta las costas oceánicas
templadas, desde los húmedos pantanos hasta las selvas orientales en los
desiertos del este y el sureste. En paz o en guerra, estas centenas de tri-
bus operaron y reaccionaron unas sobre otras a través de los tiempos.7
Muchas de ellas poseyeron un lenguaje secundario que era internacional
entre las mismas: el lenguaje de los signos.
Nunca se integraron en grandes conjuntos, como los de México, Cen-
troamérica y los Andes, al transferir el poder o liderazgo a grupos centra-
lizados que fueron destruidos por conquista o la mera acción del tiempo.
Inquebrantables y firmes, los grupos primarios de tribus en lo que
ahora es Estados Unidos, vivieron, trabajaron y evolucionaron desde la
6John Collier, Los indios de las Américas, México, Fondo de Cultura Económica, 1960, pp.
161-164.
7En las que habrían de ser las Trece Colonias inglesas, las que se encontraban al otro
lado de la acera europea, la mayor inmigración masiva fue la británica y la de los países
nórdicos de Europa, mayor en relación con la inmigración ibérica y lusitana. Éstas se ubicaron
al sur, en especial entre el Trópico de Cáncer y el de Capricornio.
Inglaterra se halla colocada entre los grados 60 y 50 al norte del paralelo del Ecuador.
También entre ambos grados de latitud y longitud están situados al norte Francia y Alemania
Bélgica y Holanda; al sur, Noruega y Suecia. Tal ubicación geográfica facilitó este flujo
migratorio europeo en un territorio casi virgen, apenas poblado por grupos aborígenes que
llegaban a 800 mil habitantes nómadas, del millón y medio que habitaban todo lo que es ahora
el territorio de Estados Unidos hasta las costas del océano Pacífico.
Allá no hubo mestizaje indoinglés,
aquí hubo mestizaje indoespañol
con discriminación racial
52
José E. Iturriaga
Era Neolítica o Paleolítica hasta la llegada del hombre blanco.8 Éste arri-
bó a las costas de América y no había un kilómetro cuadrado sin ser
ocupado.
Los 600 o más dialectos indígenas eran vehículos de un mayor número
de sociedades tribales, que existían en perfecto equilibrio ecológico con la
selva, la llanura, el desierto, las aguas y la vida animal.
Deseaban formar grandes conglomerados poblacionales para asegurar
su supervivencia. El afán de poseer suficiente población para asegurar su
continuidad tribal no es posible de ser cuantificado, pues las tribus no tu-
vieron recuentos estadísticos. En los hombres apreciaban la calidad, no la
cantidad, según Collier.
Hacían la guerra, lo mismo que las prácticas depredatorias con respecto
a los animales salvajes, pero las orientaban con sentido armonía ecológica.
Por cierto que las afirmaciones de Collier han sido frecuentes en nor-
teamericanos indiófilos de última hora. Se trata de una postura romántica
tardía, bien alejada del siglo en que el europeo inició su conquista en este
lado del Atlántico.
Algunos autores consideran que la cifra más verosímil de la población
autóctona existente en lo que habrían de ser las Trece Colonias9 parce ser
8Paul Rivet, director del Museo del Hombre en París, publicó su célebre libro titulado
Los orígenes del hombre americano, traducido al español e impreso en 1943 por Cuadernos
Americanos, revista bimestral fundada y dirigida por don Jesús Silva Herzog, que dio espacio
a los intelectuales europeos que eran perseguidos por Adolfo Hitler para expresar su
pensamiento. Rivet sostiene la tesis de que los asiáticos fueron los primeros pobladores de
nuestro continente, atravesando por el estrecho de Behring, y que en siglos y milenios se
fueron asentando cada vez más hacia el sur, ocupando desde Alaska hasta la península del
Labrador, para seguir emigrando hacia el territorio de Canadá y el de Estados Unidos, e
incluso hasta el Trópico de Cáncer. No obstante, Rivet desliza la tesis de que los pobladores
del sur de Oaxaca, los huaves, podrían proceder de las islas Polinesias, incluso los incas del
Perú. Para mayor información, véase Paul Rivet, Los orígenes del hombre americano, 1a. ed. esp.,
Cuadernos Americanos, núm. 5, México, 1943, p. 244.
9Según James Mooney, los territorios actuales de Canadá y Estados Unidos hacia fines
del siglo XVI y principios del XVII estaban poblados por 1’115,060 aborígenes, medio millón de
los cuales pertenecían al actual marco geográfico norteamericano, o sea, cuando Giovanni
Cabot, el navegante italiano al servicio de Enrique VII de Inglaterra, llegó a la península del
Labrador en 1497.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR