Alejandro Brito y el Conapred

AutorMarta Lamas

Comprometidos en la lucha contra la discriminación, los integrantes de la asamblea designan con rigor a los prospectos; revisan sus trayectorias y méritos. No es una tarea fácil, pues son numerosas las propuestas de personas y organizaciones que han incidido de manera positiva y relevante en la vida y/o el entorno de grupos históricamente discriminados: mujeres, migrantes, personas trans, niños y niñas, indígenas o afromexicanxs, personas con alguna discapacidad, enfermedad o con VIH.

El miércoles 17, en una conmovedora ceremonia en el Museo Interactivo de Economía, se entregaron los cuatro reconocimientos: 1) En la categoría institucional se le dio a la asociación ciudadana Piña Palmera Centro de Atención Infantil; 2) El reconocimiento internacional fue para el Centro para la Acción Legal en Derechos Humanos de Guatemala; 3) El reconocimiento póstumo le tocó a Asma Jahangir, una abogada pakistana y activista social que murió en abril pasado, y 4) Alejandro Brito se llevó el reconocimiento nacional. Difícil transmitir la emoción que sobrevoló el homenaje a los premiados.

Hace tiempo que Alejandro Brito, un activista gay, decidió que era imperativo incidir políticamente, y a lo largo de 40 años de activismo lo ha venido haciendo de diversas formas. Una, principalísima, fue la creación en 1994 de un suplemento periodístico mensual titulado Letra S, Salud, Sexualidad y Sociedad, que apareció en La Jornada -primero en papel y ahora en el sitio web del diario- y que en 2001 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo e Información.

Brito se dio cuenta de que, además de desarrollar un instrumento de comunicación para introducir en el debate político los temas vinculados a la salud sexual, era necesario contar con una organización ciudadana que se convirtiera en interlocutora -y azote crítico-de los funcionarios públicos y los actores políticos. Así, fundó con otros activistas la ONG que lleva el nombre de Letra S, Sida, Cultura y Vida Cotidiana, AC, y se convirtió en su dirigente. Desde esa ONG se incide cívicamente en los temas de la diversidad sexual, el género, el VIH, infecciones de transmisión sexual y los derechos sexuales y reproductivos.

Las actividades básicas de Letra S están concentradas en tres áreas de trabajo -comunicación y edición; derechos humanos, documentación e investigación-; además de la publicación mensual del suplemento periodístico, incluyen desde la labor de una agencia de noticias especializada que elabora y envía noticias...

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