Ahogado de la risa

Ya en un clásico domindrik familiar, ahí les va una nueva entrega de Jaimito:

Jaimito se acerca a su papá, quien se encuentra disfrutando de un partido de fut en la tele, y le pregunta:

-Papá, papá... ¿me das permiso para ir al cine?

A lo que el padre, con cara de "cómo chingas", responde:

-Claro que sí, Jaimito.

El morro festejaba casi como si hubiera anotado un gol:

-¡Qué genial, qué genial...!

Sin embargo, el progenitor nuevamente interviene:

-Pero no puedes entrar... jajaja...

Llega Jaimito corriendo y todo alborotado con su progenitora:

-¡Mamá, mamá, la cagué, la cagué...!

A lo que la madre responde:

-¡Jaimito, qué formas de hablar son esas! Además, por mucho que la hayas regado, todo tiene solución en esta vida.

Todo insistente Jaimito le dice:

-No, mamá. No es eso. En serio la cagué.

-A ver, chamaco. Explícate.

-Lo que pasa es que quería despertar a mi hermana con un pedo en la cara y me salió con premio.

Llega la mamá toda enojada a regañar a Jaimito:

-¡Jaimito, pero qué diablos te pasa! ¿Por qué le pegaste a tu hermana con una silla?

A lo que el chamaco canijo responde:

-Lo que pasa es que el sillón estaba muy pesado, jefa.

La mamá va al cuarto de Jaimito a reclamarle:

-¡Pero, Jaimito!, ¡qué malvado eres!, ¿por qué le dijiste a tu hermana fea? Está llorando en su cuarto.

-Pues sucedió, mamá.

-Nada de qué sucedió. Vamos ahora mismo a su cuarto para que le ofrezcas una disculpa.

De la oreja, la madre lleva al chamaco hasta la habitación de su...

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