Ahogado de la risa

Ya no falta mucho para que reciban visitas inesperadas y traten de convencerlos por su candidato con una gorrita, pluma, torta y frutsi o despensita... así que ¡aguas!

Anoche tuve una pesadilla y eso que no cené pesado. Recuerdo que parecía un día cualquiera al levantarme de la cama hasta que me miré al espejo y descubrí que ¡soy negro! Que digo negro, soy casi morado. En chinga meto la mano en mi bolsillo, saco la cartera para ver mi foto en la credencial del INE y me sale el mismo color.

Entonces busco mi pasaporte y en la fotografía también resulta que soy más prieto que el carbón y para colmo me doy cuenta de que ¡soy argentino! ¡Dios mío, no puede ser!

Desconsolado, me siento y ¡ah, cabrón! Tengo una pierna de plástico y la silla es de ruedas, lo que significa que además de ser negro y argentino ¡soy discapacitado!

¿Qué es esto? ¡Es imposible que yo sea todo esto! Comienzo a gritar cuando de repente alguien por detrás me abraza, me da un beso en la nuca y me susurra al oído:

- Cálmate, mi amor.

¡A la verga! Es un hombre que dice llamarse Ricardo y ser mi novio desde hace años. Lo que me faltaba, también ¡soy homosexual! Y además con SIDA, según pude leer en mi cartilla de salud.

¡Carajo! En medio de toda esta desgracia me entran unas ansias incontrolables y para relajarme busco mi jeringa. ¡Señor, no es posible! ¿Negro, argentino, discapacitado, homosexual, seropositivo y adicto?

Desesperado, empiezo a llorar y a querer jalarme de los pelos y no... ¡soy calvo! En eso suena el teléfono y es mi hermana Margarita que me reclama:

- Desde que murieron mamá y papá lo único que haces es drogarte y quedarte ahí tirado sin hacer nada en todo el maldito día. ¡Búscate cualquier trabajo, pinche huevón!

Sí, además de todo, ¡soy huérfano! y para acabarla de chingar también ¡soy holgazán! Intento explicarle a mi carnala lo difícil que es encontrar una chamba, la que sea, en este jodido País por culpa de la clase política cuando se es negro, argentino, discapacitado, homosexual, seropositivo, adicto, calvo, huérfano y holgazán, pero no lo consigo porque descubro que ¡soy tartamudo!

Completamente...

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