Agustín Acosta / Israel Vallarta: una pesadilla

AutorAgustín Acosta

La mañanera que rescató del olvido la detención de Florence Cassez y su novio Israel Vallarta fue controvertida y criticada. Sin embargo, más allá de las pulsiones políticas, las imágenes exhiben de nueva cuenta el rostro deforme de nuestra justicia penal. Muchas preguntas asaltarán a cualquiera que dirija su mirada a este asunto. En enero de 2013, siete años después de su detención, Florence Cassez fue liberada por la Primera Sala de la Suprema Corte.

La sentencia fue impulsada por los ministros Arturo Zaldívar y Olga Sánchez Cordero. El primero es hoy presidente del Máximo Tribunal y la segunda, secretaria de Gobernación. En contraste, las personas clave detrás del montaje están detenidas o son reclamadas por la justicia. La historia, podría decirse, se encargó de poner en su sitio a cada uno, pero no es así.

Israel Vallarta cumple más de quince años de cárcel sin ser juzgado. Su proceso es una grosera afrenta al mandato constitucional de una justicia pronta y expedita. Vallarta es uno más de muchos mexicanos que desde la orfandad legal enfrentan graves acusaciones. Entre los voluminosos tomos de recursos y amparos, sus expedientes languidecen y la justicia escapa. Paradójicamente para Vallarta, su mejor defensa es la notoriedad que impide el olvido.

La prisión preventiva prolongada no es la única aberración. La causa de Cassez reveló los peores abusos policiacos. Para desmontar una acusación plagada de irregularidades, la Primera Sala postuló una teoría, el montaje tuvo un efecto corruptor sobre la investigación. En pocas palabras, el expediente no es creíble. El montaje es el "pecado original" y el origen de todas las violaciones. No fue un simple tropiezo mediático, sino la culminación de prácticas en extremo viciosas, hoy denominadas por la Constitución y los tratados internacionales como tratos crueles, inhumanos y degradantes. En este sentido, el montaje es equivalente a una tortura. Una imagen dice más que mil palabras, y cuál más elocuente que aquélla que muestra a un Vallarta retorcido de dolor por una mano policial que lo obliga a confesar frente a un reportero.

Otro aspecto es inconfesable y devastador a la acusación. La francesa y su novio fueron detenidos un día antes del registro legal, no el 9 sino el 8 de diciembre de 2005. No es posible explicar de otro...

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