Aguerridos desde chiquillos

AutorMario Abner Colina

Al ver sus caras, sus ojos ingenuos y sus sonrisas inocentes son como los de cualquier niño de su edad... pero en el escenario, blandiendo con fiereza sables y cuchillos, rinden honor a la historia de su pueblo, y se convierten en pequeños fuera de lo común.

Apenas tienen entre 6 y 12 años, y no sólo son grandes bailarines, sino dignos herederos del espíritu guerrero de Georgia, un pequeño país eurasiático que acaricia el Mar Negro.

Vestidos al antiguo estilo militar de su país, los Niños Virtuosos del Cáucaso ejecutan bailes rusos tradicionales, llenos de acrobacia, belleza y peligro, valiéndose de saltos descomunales en los que llegan a tocar su cabeza con los pies; giros tan rápidos que los hacen parecer huracanes; bailes inusitados con las rodillas; o coreografías llenas de dinamismo.

Su propósito es rememorar férreas batallas, como las que, en sus montañosas regiones, Georgia libró desde el siglo 4 ante invasores árabes y caucásicos que pretendían dominar, robar y hasta arrebatarle la fe cristiana a su pueblo.

"Nuestros bailes con cuchillos y sables son la historia de la gente georgiana", cuenta Gia Davitashvili, director artístico de los Niños Virtuosos del Cáucaso.

"Vivíamos en una región muy envidiada y teníamos que luchar siempre contra alguien: contra los turcos, los mongoles, los iraníes, los rusos, siempre defendernos. Toda la historia de los bailes se basa en esto: defendernos y luchar contra los enemigos".

Hay coreografías que asemejan peleas épicas, con sables, cuerpo a cuerpo. Y cuando se trata de usar cuchillos, el escenario acaba atravesado por decenas de puñales que los niños clavan en él luego de enérgicos movimientos.

En los saltos y brincos, los niños, únicamente protegidos por botas de cuero flexibles, aterrizan en las puntas de sus pies, simbolizando la vulnerabilidad georgiana, pero también el valor de sus habitantes.

Estos 29 niños y 10 niñas georgianos comenzarán una gira por Latinoamérica, empezando con una presentación el 12 de julio en la Ciudad de México, para después ofrecer aquí un par de funciones.

Un riesgo disciplinado

Contrario a lo que podría pensarse, las armas que utilizan los Niños Virtuosos del Cáucaso no son de utilería, lo que hace del espectáculo algo sumamente peligroso. Sin embargo, cuenta Davitashvili, los papás confían en el entrenamiento que llevan sus hijos en la compañía.

"No tienen ningún problema con esto, porque nunca ha habido ningún problema. Se entrena durante tanto tiempo que no...

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