El acueducto Tembleque...un caso de candil de la calle

AutorJudith Amador Tello

ZEMPOALA, HGO.- Quizá pocos pongan en duda el valor histórico y arquitectónico del Acueducto del Padre Tembleque, construido entre 1554 y 1571, que en sus más de 48 kilómetros de longitud mantiene vivo el testimonio de la proeza que permitió llevar agua limpia a las poblaciones indígenas de los territorios que hoy conforman los estados de México e Hidalgo.

El historiador Manuel Toussaint lo calificó como la obra de arquitectura hidráulica colonial "más portentosa". Y su colega Manuel Romero de Terreros hizo ver que en su sencillez radicaba justamente su belleza. Hoy se le considera ya el más importante sistema de abastecimiento de agua de América perteneciente al siglo XVI. Fue construido por el fraile español Francisco de Tembleque con un mecanismo que combinó las técnicas y conocimientos hispanos (incluida la forma de los acueductos árabes y romanos) con los de Mesoamérica.

Por su prodigiosidad, esta obra monumental es uno de los sitios candidatos a inscribirse en la Lista del Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), cuyo Comité se reunirá del 28 de junio al 8 de julio en Bonn, Alemania.

Pero a poco tiempo de ser evaluada la candidatura del acueducto, saltan las discrepancias entre el Patronato Acueducto Tembleque A. C, fundado el 25 de octubre de 1996 por el párroco de Zempoala, Hidalgo, Ángel Cerda Coreóles, para recuperar de manera integral la función que dio origen al conjunto hidráulico, conservarlo y preservar también su entorno ambiental, y la Dirección de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), encabezada por el arquitecto Raúl Delgado Lamas.

El Patronato es presidido, desde la muerte de Cerda, por la doctora Guillermina Acosta Barrera, e integrado, entre otros, por Jaime Escandón Gómez, el ingeniero Antonio Mateo Linaza, responsable de las obras de recuperación realizadas por esa asociación desde finales del siglo XX, el ingeniero Gil Navarro Padilla y el abogado Saúl Uribe.

Coinciden todos en que el acueducto, único y excepcional, es un portento de la ingeniería sin rival en Europa o las regiones árabes, pero hay discrepancia por la restauración realizada hace unos meses por Sitios y Monumentos con recursos del Fondo Embajadores de Estados Unidos, que asciende a 700,000 dólares.

La asociación civil señala también que particulares han dañado el monumento histórico, al romper los apantles originales hechos con barro cocido y unidos con argamasa de cal y arena, para literalmente "robar" el agua y usarla en el riego de un conjunto de invernaderos de vegetales hi-dropónicos, ubicados al pie del cerro del Tecajete, donde se encuentran también los manantiales que alimentan el Acueducto Tembleque.

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