Acostumbrado al oro

AutorRaúl Ochoa

Felipe Muñoz Kapamas, presidente de la Comisión de Juventud y Deporte de la Cámara de Diputados, aún no sale del Sistema de Registro de Servidores Públicos Sancionados de la Secretaría de la Función Pública y ya está envuelto en otro escándalo.

El Tibio Muñoz dispuso de la Confederación Deportiva Mexicana (Codeme) como si fuera su banco personal, repartiendo bonos a los empleados (incluso a él) a costa de las finanzas de esa asociación a la que ahora pretende desaparecer.

Por ejemplo en la sesión ordinaria de la Codeme del 5 de diciembre de 2000 cada uno de los integrantes del Comité Ejecutivo acordó premiarse con un cupón navideño, el mayor de los cuales -de 300 mil pesos- le correspondió al actual legislador priista.

Para justificarse, Muñoz y los miembros de su consejo directivo dijeron que esa compensación era un reconocimiento a su "extraordinaria labor en pro de la difusión, planeación, desarrollo y fomento del deporte federado", de acuerdo con un documento obtenido por Proceso.

Los cómplices de Muñoz fueron Marco Antonio Pastrana de la Portilla (secretario), Gabriel Goldschmied Rodríguez (tesorero), Javier Ostos Mora (representante jurídico, ya fallecido) y los vocales Francisco Cabezas Gutiérrez, Herón Soberanes Rosas, Jorge Toussaint Beltrán, Lourdes Lozano Rodríguez y Elena Subiráts Simón. Cada uno de ellos recibió 36 mil pesos.

Los recursos salieron del fideicomiso de la Codeme número F/321615, para lo cual se autorizó a un viejo amigo de Muñoz, Andrés López Traconis -entonces coordinador de Administración y Finanzas de la Codeme-, para que gestionara lo necesario ante la fiduciaria para la expedición de los cheques. El monto del retiro fue de 588 mil pesos.

Muñoz fue presidente de la Codeme de 1994 a 2000. Antes grabó su nombre en la historia de los Juegos Olímpicos de México 68 tras conquistar una medalla de oro en natación. Pero al incursionar en los niveles de mando del deporte nacional, en la Codeme y el Comité Olímpico Mexicano (COM), el exnadador cometió una serie de irregularidades que terminaron por manchar su pasado.

La Secretaría de la Función Pública le aplicó una sanción económica y lo inhabilitó 10 años para ocupar cargos públicos. En noviembre de 2002, al revisar la cuenta pública de 1999 y 2000, la Auditoría Superior de la Federación -oficio 11/139/ A10351/2002- determinó la responsabilidad de Felipe Muñoz al autorizar pagos de bonos trimestrales y cuatrimestrales de productividad a 22 mandos medios y superiores...

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