El acoso laboral

AutorRamón Clériga

Una epidemia nos invade. Es una moderna forma de tortura, de la cual muchos de los afectados no están conscientes de cómo son psicológicamente afectados.

Se trata del acoso en el trabajo -ahora incluido en la reforma laboral-, el cual se define como una serie de actos: palabras, miradas o acciones, que una o varias personas realizan repetidamente con el fin de destrozar psicológicamente a la persona elegida como víctima con el objetivo de expulsarla de la organización.

EL PROCESO

Es este un proceso en el que los actos realizados por el acosador tienen un fin claro: que la persona acosada abandone su puesto de trabajo. Esto está ligado al que es un frecuente problema de discriminación, lo que se suele ver en que la diferencia en el trato para unos y otros es radicalmente distinto; con unos se tiene buenos modos y con los otros gritos, intransigencias, ridiculizaciones, etcétera.

En este proceso se persigue el aislamiento y es muy importante destacar que para que exista una situación de acoso laboral es necesario, además del acosador o acosadores y la víctima, una organización que al menos permita este tipo de situaciones, con integrantes que hagan caso omiso a lo que ven, convirtiéndose así en cómplices del acosador.

Esto nos puede pasar a cualquiera, puede bastar solo con el hecho de ser distinto a la mayoría del grupo, ya que muchas veces esto genera incomodidad a los demás. En contrapartida, el caso de los acosadores es más claro, suelen mostrar el tipo de personalidad por lo menos con rasgos psicopáticos, antisociales o paranoides. Son manipuladores, expertos en la intriga, no muy brillantes, más bien mediocres, narcisistas, que no poseen la capacidad de ponerse en el lugar del otro, ya que los demás son sólo medios para llegar a sus fines. Por lo general, son personas que se han movido en el medio laboral con recursos nada convencionales, que mienten y engañan.

Se manejan en un plano bastante ambiguo, ya que por otra parte, son capaces de desplegar un encanto social cuando conviene a sus intereses, lo que llega a disfrazar sus otros aspectos. Es frecuente que el propio acosador no sea consciente que sus actos constituyan una situación de acoso laboral, sobre todo, porque en muchos de ellos, son personas enfermas o con un trastorno de personalidad significativo.

Lo más importante es tomar conciencia que no se es culpable, sino víctima. En los perturbados por esta epidemia lo más gravemente afectado es la...

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