Los 60 / Generación Bataclan

AutorGuadalupe Loaeza

El Bataclan: pagoda de la diversión, monumento a la alegría parisina... Hace muchos años, salieron de ahí las muchachas más bellas, llegaron a México en los años 20 y pusieron de moda en todo el continente la palabra "bataclanas".

Eran jóvenes bailarinas que por primera vez salían al escenario... sin medias. Cantaban y bailaban bajo la dirección de Madame Rasimi, la famosa diseñadora de vestuario y gran bailarina. Puso de moda los espectáculos que alternaban sketches con cuadros musicales en los que aparecían las "bataclanas". Fue un fenómeno tan importante en México que incluso se filmó, en 1925, una película muda, Tras las bambalinas del Bataclan. Madame Rasimi era una empresaria teatral tan importante que incluso contrató a la Mistinguett y a Josephine Baker, y las volvió mitos de los años 20. Ya antes, en el siglo XIX, el Bataclan era lo más elegante y exótico en París y no dejó de tener una historia desde entonces.

Qué tristeza que, a partir de ahora, el Bataclan ya no sólo estará asociado con la felicidad de París, con su música y su noche. El número 50 del Boulevard Voltaire era la dirección del vaudeville, de la música y el sitio a donde llegaban para presentarse las grandes estrellas del mundo. En este teatro, el 13 de noviembre, fueron asesinadas 89 personas que asistían al concierto de Eagles of Death Metal. De la noche a la mañana, estos jóvenes se convirtieron en la "generación Bataclan", como los bautizó el diario Libération. Ahora sus nombres figuran en la lista de las víctimas mortales tras los ataques terroristas.

Originalmente, el teatro Bataclan fue construido como un café-teatro (no era nada habitual combinar estos dos espacios), pero lo que lo distinguía era su aspecto de pagoda. Lo construyeron en 1864, y se llamó de esta manera para evocar un sonido chino: "Ba-Ta-Clan", en referencia a una obra del compositor alemán Jacques Offenbach. Las glorias del Bataclan viajaban a todas partes, en México y en Argentina querían ver sus espectáculos. Pero Madame Rasimi no tuvo tanto éxito como esperaba y vendió su querido teatro en 1932. Desde entonces, se convirtió en un cine. En cada época, el Bataclan se iba transformando. En los años 30, sufrió un incendio y perdió parte de su techo.

Después vinieron días malísimos para este lugar antes considerado "lo máximo de la vida nocturna", "el sitio más popular", "el teatro más popular de París". El Bataclan fue perdiendo público, y para muchos lo peor que le pudo haber pasado era...

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